El anticipo de la final no defraudó. Canadá consigue alzarse con el bronce después de un encuentro en el que fue muy superior a su rival. El Reino Unido apenas inquietó a las norteamericanas, que aprovecharon su buen hacer en los primeros diez minutos para dejar el encuentro sentenciado.

Al borde de la final se quedaron los dos equipos y en la lucha por las medallas ninguno de los dos defraudó. Ni Canadá, ni el Reino Unido encontró el espacio para sobrepasar la línea férrea rival. El potencial de unas y otras quedó patente en este arranque.

Canadá, siempre por delante

Pero cuando se llevaban disputados casi tres minutos, Paquin colocaba a Canadá en ventaja con un ensayo polémico y muy protestado por las jugadoras del Reino Unido. La misma jugadora era la encargada de llevar a cabo la transformación que ponía el 7-0 en el marcador.

No se amilanó el Reino Unido, que supo reaccionar con rapidez. El combinado europeo redujo distancias a través de Waterman en el ecuador de los diez primeros minutos. La buena presión canadiense evitó que obtuvieran una buena posición, lo que provocó el error en la transformación.

Pero entonces llegó la sorpresa. Canadá consiguió aumentar las distancias de nuevo con un ensayo de Landry. La jugadora no falló y puso el 14-5 en el marcador. Al Reino Unido le entraron los nervios y lo pagó muy caro al recibir Scarrat una cartulina amarilla y posteriormente un nuevo ensayo por parte de Farella.

Los problemas no dejaron de aumentar. Y es que antes del descanso, el Reino Unido recibía un nuevo mazazo con el ensayo de Rusell y la posterior transformación, con el tiempo ya cumplido.

A mantener la ventaja

Todo ya decidido, o al menos eso parecía en los segundos diez minutos. El siete británico buscó con ahínco un ensayo que les metiera en el encuentro, pero tardó en llegar. A falta de seis minutos para el final Joyce reducía distancias.

A pesar de este hecho, Canadá no dudó ni un ápice. El cuadro norteamericano aprovechó su posesión para dejar pasar el tiempo. Pero la calidad de las canadienses salió a relucir con un nuevo ensayo de Landry y su posterior transformación.

Canadá ya acariciaba el bronce a falta de tres minutos y no se le escapó. Nada se movió en los últimos minutos de juego y las canadienses no dudaron en enviar el balón al lateral para celebrar el tercer puesto.