Hay jugadores que marcan una época. No solo por su tenis, o por los títulos logrados, sino también por el carisma que ostentan y su capacidad para emocionar a una gran masa de público. Hace ya 17 años que un joven imberbe se presentaba en Adelaida, su ciudad natal, para jugar su primer torneo ATP. Y lo ganó. Una carrera repleta de éxitos contempla a Hewitt, quien se resiste a retirarse del cirucuito, disfrutando de lo que más le gusta y asumiendo que debe pelear por la victoria frente a todo rival. Lleyton lo hace y de qué manera. Hoy recibió su premio al hacerse con el torneo de Newport.
Partido decidido en detalles
Duelo de veteranos. Sacador frente a restador. Aroma de gran cita de antaño. Estas eran las sensaciones antes de comenzar el encuentro entre Karlovc y Hewitt, que dirimió el ganador en Newport. El encuentro no decepcionó a los aficionados, que pudieron disfrutar de una lección de juego y, sobre todo actitud, de dos grandes deportistas. En el primer set, Hewitt salió desatado, dispuesto a reivindicar que sigue siendo competitivo y que le queda mucho tenis en su raqueta. Con 6-3 y rompiendo en dos ocasiones a Karlovic, el aussie ponía la primera piedra para proclamarse campeón.
Dos tiebreaks que marcaron el encuentro
30 torneos profesionales para Hewitt
Sin embargo, el "pequeño Ivo" no se rendiría. Lleyton seguía restando a las mil maravillas, pero Karlovic desplegó un gran juego, atacando cada bola y aprovechando algún despiste del australiano. Rompiéndose el saque dos veces cada uno, el set llegó al tiebreak, donde Karlovic supo templar los nervios y condujo el encuentro a la tercera y definitiva manga. Es en esta donde Hewitt enseñó los dientes, y soltó sus característicos "Come on". En un set jugado a tumba abierta, con un nivel al servicio impecable y sin mostrar ninguna fisura ninguno de ambos contendientes, el de Adelaida sacó su mejor tenis para hacerse con el partido y el torneo en un agónico tiebreak.
Karlovic y Hewitt retrotrayeron a los grandes aficionados a este deporte, a duelos mágicos más propios de inicios de siglo que de los últimos años. En 2003, el croata consiguió eliminar a Lleyton en primera ronda de Wimbledon, al año siguiente de la victoria del mismo en Londres. Algo que no se ha vuelto a repetir en la historia del torneo londinense. 11 años después y en unas características muy distintas, Hewitt se tomó su particular venganza.