Increíble pero cierto, cuando las casas de apuestas daban como semifinalista al francés Gael Monfils, ocurrió lo que nadie esperaba. Roger Federer, sacó desde su fuero más interno, la magia que solo poseen los grandes de este deporte, y consiguió revertir una situación muy complicada, que durante hora y media lo tuvo fuera del torneo neoyorquino. 

El número tres del ranking ATP, logró pasar a semifinales remontando un 0-2,  por un resultado final de 4-6, 3-6, 6-4, 7-5 y 6-2, derrotando a un buen parisino, que tuvo dos bolas de partido durante el cuarto set.   

No fue solo una vez, sino dos. A falta de lograr un set para llegar a estar entre los cuatro mejores del US Open, Gael Monfils vio como el suizo, le comía el terreno juego a juego, punto a punto cuando lo tenía hecho, y en el momento decisivo, con 1-2 en el marcador (y a falta de un juego para cerrar el partido a su favor), el francés fue superado por un torbellino que procede de Basilea, con clara intención, de llegar a conquistar la pista dura de New York.  

El partido

Monfils, comenzó el encuentro, sobre la pista Artur Ashe ( la pista con más capacidad del planeta), como ha acostumbrado al respetado durante todo el torneo. El francés, jugó con sus armas favoritas: Un saque eficiente, una derecha profunda desde el fondo de pista y una gran defensa.

Hubo dos Federer en el partido, uno apático y desubicado en los dos primeros sets, y un huracán imparable en los otros tres restantes

En otro lado, un Federer agarrotado, falto de confianza, sin esa chispa que lo caracteriza y con lagunas en su tenis.

El suizo, errático y apático por momentos, no estaba demostrando su condición de superestrella del tenis mundial. Roger, muy desdibujado en las dos primeras mangas, pronto había cedido los primeros puntos.

Fue un encuentro largo, físico y duro. Las condiciones de humedad y calor tampoco ayudaron a Federer, que se las tuvo que ver con el jugador más físico del circuito ATP.

No era el mejor momento, ni el rival idóneo, para afrontar una semifinal de Grand Slam sin sufrimiento, no obstante, no se sabe muy bien por qué, Roger despertó de su letargo y acabó apabullando a Monfils.

Primer Set

El lance comenzó fuerte. Monfils atacó al suizo desde el fondo de la pista, lo que obligó a Federer tener que correr, muchas veces sin recompensa.

Así fue como, para sorpresa del público, la primera manga sumaba a favor del francés, tras una rotura el quinto juego, poniendo el 0-1 en el marcado por un primer parcial de 6-4.

Segundo Set

Parece ser, que el varapalo de haber cedido la primera manga después de un solitario Break, tocó anímicamente la moral del suizo. El segundo set, fue una copia del primero, a Federer se le escapaban golpes fáciles, errando muchas oportunidades de quiebre – cosa habitual en sus últimas temporadas- mientras que Monfils, no dejaba nada a la improvisación, cerrando con rapidez sus juegos.

El parisino, era un vendaval frente al suizo, y así se reflejaba en el marcador, que dictaminaba un sentencia de 0-2 a favor del galo (6-4 y 6-3), mientras el suizo deambulaba por la pista sin ideas, y sin apenas recursos.

La épica

En todos sus años en el tenis profesional, Federer solo había remontado un 0-2 en contra en ocho ocasiones. La última, en 2012 ante Benneteau, en tercera ronda del Grand Slam de Wimbledon, que finalmente acabaría ganando el suizo.

Por parte, Gael Monfils, había sumado todos los sets disputados  en el US Open 2014 en los once días que van de torneo, y nadie esperaba ya, que el suizo fuera capaz de hacerle perder tres sets consecutivos y alzarse vencedor de la eliminatoria, pero la rabia de un campeón es temible, y Roger Federer estaba enfadado.

El suizo, despertó y empezó a construir una remontada épica, que iba a destruir todo lo bueno realizado por el parisino en el encuentro.

Tras dos sets desaparecido, Roger soltó la mano, abrió la chistera y broto la magia. La tercera manga fue del suizo, la cual cerró con mucha maestría, 6-4 para Roger.

Cuarto set

Con un Federer enchufado, arrancó el cuarto envite, el de la confirmación de que algo especial estaba sucediendo, la pista que pisaba Monfils estaba temblando.

Con 4-5 para Monfils, y a falta de certificar el juego para ganar el encuentro. El francés,  tuvo que ver como el número tres del mundo, sirvió para igualar la contienda, aunque dos errores infantiles del suizo, puso el estadio en silencio cuando el marcador estaba 15-40.

A solo un punto de caer eliminado, fue cuando brilló la raqueta del helvético. El francés no pudo ganar el partido, y vio pasar por dos veces el billete hasta semifinales, Roger le consiguió empatar, luego romper su siguiente servicio y finalmente poner las tablas en el marcador por 7-5.

Remontada final

El galo, no logró hacer un tenis tan fuerte como al principio. Federer, había conseguido despertar de su apatía, empatar el encuentro y doblegar psicológicamente a su rival en el campo.

Es la novena vez en su carrera que Federer remonta un 0-2  

En la última manga, Gael consiguió apuntarse dos juegos, pero aquello ya se había convertido en un recital del suizo, que caminaba con paso firme hacia la semifinal del Abierto de Estados Unidos, deleitando a los espectadores con golpes imposibles, sacados de su mágica chistera. El de Basilea cerró el encuentro por 3-2, venciendo en el definitivo set por 6-2.

Acumulando records

Con esta victoria, Federer se coloca en la segunda posición en la carrera hacia Londres, superando al lesionado Rafael Nadal. Además, el suizo logra un nuevo récord personal, convirtiéndose en el tenista con más victorias sobre la pista dura, superando las 598 con las que Andre Agassi lideraba la estadística.

Marin Cilic sera el rival en semifinales 

Con la sapiencia popular en mano, siempre se ha comentado que para conquistar un Grand Slam, hace falta sufrir previamente, ya que para probar las mieles de la gloria, hay que pasarlo mal en alguna fase del torneo, y el suizo ya ha sufrido, con este encuentro ante el fancés, de sobra.

Ahora, será Marin Cilic, quién oponga resistencia al mejor número uno de la historia de la raqueta, intentando privar al suizo de su 26º final de Grand Slam.