TenisTenis VAVEL

Roland Garros 2014: Nadal - Djokovic

El idilio de Nadal con Roland Garros es enorme. En la final de esta temporada, parecía que Djokovic, al fin, podría arrebatar el trono al balear. El serbio se puso con un set arriba, pero Rafa estaba en 'su' casa y supo reaccionar para mantener su corona.

Roland Garros 2014: Nadal - Djokovic
Fotomontaje: Ricardo Palmeiro - VAVEL
javiperez_7
Por Francisco Javier Pérez

Cuenta la historia que el 31 de mayo del 2009 Rafael Nadal perdió un encuentro en Roland Garros. Su verdugo en octavos de final fue el sueco Robin Soderling, un tenista con una derecha muy pontente. Ese día se ha erigido como el único lunar negro del español en su torneo fetiche, puesto que ha conseguido levantar la Copa de los Mosqueteros en nueve ocasiones. Pero poco le faltó para pasarle el testigo a Novak Djokovic. El serbio lo tuvo cerca -un set arriba-, pero el balear no quería que se adueñaran de 'su' tierra.

La peor gira sobre tierra de Nadal. Sin el título de Montecarlo ni el de Barcelona

Djokovic acudía a la final de esta temporada del Grand Slam parisino repleto de confianza gracias, en parte, a sus cuatro victorias consecutivas ante Nadal. El balear llegaba renqueante después de caer en Montecarlo ante Ferrer y en el Conde de Godó ante Almagro. Todo parecía indicar que en el 2014 Novak pondría fin al idilio de Rafa con París, pero el balear sacó su pundonor y cortó en seco las esperanzas del número dos del mundo -por aquél entonces-.

El aspirante al trono arrancó muy seguro el encuentro. Aposentado en el fondo de pista, aguantaba las acometidas del Rey Nadal. Los largos peloteos, puntos inverosímiles y el desgaste físico iban haciendo mella en los tenistas. Hasta que Djokovic consiguió asestar un golpe al primer parcial (6-3), atajando las acometidas del español.

Con un set arriba en el marcador, Novak lo tenía cerca. Estaba a tan solo 12 -o 14- juegos de levantar el único Grand Slam que le falta por conquistar. Parece demasiado, pero hablando de que el rival era Nadal, estaba próximo. Rafa se mostraba algo cansado. La gira por tierra batida no había sido enriquecedora -acudía por primera vez a Roland Garros sin ganar ni en Montecarlo ni en Barcelona- y la final parecía estar haciendo mella en sus piernas. Djokovic manejaba a su rival con bolas al centro, difíciles de dirigir por el balear. Hasta que a mediados del segundo set, en la parte más caliente del mismo, la derecha de Nadal empezó a carburar, sacando de pista a Djokovic.

El serbio asistia perplejo a la transformación de Nadal. El español se había crecido y ya no había quién pudiera con él. Los juegos se iban sucediendo y los sets caían del lado español. El segundo y luego el tercero. Ya en la cuarta manga, Djokovic no sabía qué hacer y, fruto de la deseseración, empezó a cometer errores no forzados. La frustración de verse arriba en el marcador y en cuestión de unos minutos, infinitamente inferior, pudo con Djokovic, que con una doble falta volvía a dejar el trofeo a Nadal. 'Su'trono.