Era un partido trampa, tras ausentarse del circuito desde su último partido en Shanghai (con derrota ante Roger Federer). Lo sabía Novak Djokovic, consciente que su reciente paternidad había influido, como es natural, en las últimas semanas, tanto en su calendario como en su preparación de cara al tramo final de temporada. Pero quedaba por ver si también iba a afectar a su rendimiento. La prueba, esta semana en el último Mastes 1000 del año, en el Palais Omnisports de Paris-Bercy. Y como primer obstáculo tenía al peligroso alemán Philipp Kohlschreiber (número veinticuatro del mundo), con el que guardaba un balance de 5-1 (cinco victorias para el serbio y una para el alemán). Este año ya se habían viso las caras en dos ocasiones, en Roma y en el UsOpen, ambas con triunfo para el tenista balcánico. La única victoria de Kohlschreiber ante Djokovic data del año 2009, en Roland Garros.
El partido, que abría la jornada de tarde, prometía mucho, atendiendo al nivel de ambos jugadores. El serbio, que se juega esta semana el primer escalafón del ranking ATP, comenzó con break inicial. Muy errático el alemán, daba continuas oportunidades a Novak. Primer set muy monótono con un juego sin largos intercambios donde premiaban más los errores no forzados que los winners. Destacable cómo mantenía la posición en pista el serbio, sin perder un metro y siempre dispuesto a lanzar el ataque. Con los cambios de dirección y sin dejar al alemán atacar con su excelente revés, se llegó al 5-1 en el marcador, pero un pequeño bajón de Novak, que servía para cerrar el set, permitió a Philipp dejar el tanteador en 6-3 para Djokovic.
El segundo parcial mantuvo la misma tónica del primero. Con break de entrada del serbio, se valió de ello para mantener la ventaja todo el set. Sin embargo, el número uno cedía oportunidades, una tras otra, que el alemán no conseguía aprovechar. Pero no se quería despedir Kohlschreiber de Paris-Bercy sin mostrar todo su potencial. Una serie de winners de revés paralelo hicieron las delicias del público, aburrido éste ante la falta de grandes puntos y de algún punto de inflexión que revolucionara el encuentro.
Al final, 6-3 y 6-4 para Novak Djokovic que accede a tercera ronda. Debut con altibajos del serbio que acusó sus asuntos personales. Falta de tono físico y de ritmo de competición. Pero si hay un maestro en revertir las situaciones en contra, ése es el balcánico. En el horizonte, su sexto título del año. En el retrovisor, un tal Roger Federer al acecho del trono.