No hay partido fácil en un Grand Slam. La igualdad es notoria, y si algún tenista sale relajado a la pista puede pagarlo caro. Esta máxima es aplicable incluso a los grandes de la historia, como Roger Federer. El helvético tuvo que disputar cuatro sets para apear del torneo a un Bolelli que, sin nada que perder y mucho que ganar, tuvo momentos de gran tenis.
Inicio dubitativo de Federer
El suizo incrementó la intensidad en el 2º set
El primer parcial del italiano fue imponente. Aprovechando una actitud algo disciplente del suizo, Bolelli aprovechó la única oportunidad de break de la que dispuso en todo el partido y supo rentabilizarla, al anotarse el primer set en su marcador. Sin embargo, la alegria no duraría mucho en el jugador mediterráneo, que vio cómo Federer mejoraba su intensidad de piernas a medida que avanzaba el encuentro. En una manga jugada de tú a tú, el suizo igualó el encuentro y cambió notablemente el devenir del mismo.
Con viento a favor, Federer fue imparable
33 golpes ganadores del suizo
Y es que una vez engrasada la máquina, Federer no volvió a dejar entrar en el partido a Bolelli. El italiano fue a remolque el resto del encuentro, con breaks de salida por parte de Federer tanto en el tercer como en el cuarto set. Con un 80% de puntos ganados con primer servicio, y 17 de 30 puntos ganados en la red, Roger aplicó con maestría el juego atacante del que suele hacer gala, para acabar venciendo con comodidad y accediendo a la tercera ronda del torneo.
De menos a más, Federer continúa su camino hacia las rondas finales. En su participación número 83 en un Grand Slam, el suizo espera al ganador del encuentro entre Seppi y Chardy. Aseguró Federer "haber jugado mal en el primer set y no haber sabido contener a Bolelli" pero se mostró "muy feliz de haber podido reaccionar". Se produjo un hecho anecdótico, como fue el hecho de Federer llamara al fisio por tercera vez en toda su carrera; un problema en un meñique pareció incomodar a Roger, pero le restó importancia al término del encuentro.