Hay jugadores que se crecen ante las adversidades, que cuando se ven por debajo en el marcador sacan su orgullo y se crecen, y que en definitiva, se sienten cómodos yendo al contraataque. Si hay un tenista en el circuito que representa ésto, es Andy Murray. Y en octavos ante Dimitrov, llevó esta habilidad a su máxima expresión.
Partido decidido por detalles
Remontó Murray un 3-1 en el 1º set
Con el mal recuerdo de la eliminación en cuartos de final de Wimbledon 2014, afrontaba Murray el partido contra el talentoso Dimitrov. El búlgaro parece haber recobrado la frescura en su tenis, tras un tramo final de 2014 muy decepcionante para us intereses. Con un 3-1 en el primer set en su contra, el de Dunblane incrementó la intensidad en su juego y le dio un vuelvo al marcador, para hacerse con el primer parcial 6-4.
15 de 22 puntos ganados en la red en 2º set Dimitrov
Siguió Murray con su dinámica positiva, y se colocó 3-1 arriba en el segundo set. Pero se relajó enormemente. Dimitrov fue capaz de desorientar al británico con derechas incisivas y recurrentes subidas a la red con éxito. El partido alcanzó su punto culminante en el tiebreak, donde Dimitrov dio toda una exhibición de golpes imposibles, que sacudieron los cimientos de la Rod Laver y anticipaban la dura pelea que se avecinaba.
16 de 17 puntos ganados con primer saque de Murray, en 3º set
Con un set iguales, Andy se puso serio. Intratable con su servicio, no concedió ni una sola bola de break al búlgaro durante el tercer parcial. Dominador de principio a fin, pudo ganar con un marcador más abultado, pero Dimitrov se mantuvo en la pelea con coraje.
Dimitrov tuvo una bola para llevar el encuentro al 5º parcial
De nuevo viéndose arriba en el electrónico, Andy se relajó. Ésto fue aprovechado inmediatamente por Grigor, que alentado por fieles aficionados en la grada, llegó a disputar de una bola de set con 5-2. Pero Murray tiene más vidas que un gato; una vez más cambió radicalmente su tenis, se convirtió en un muro infranqueable que además, atacaba con racionalidad y acierto, y daba la vuelta al marcador. Tras ceder su saque con 5-5, Dimitrov destrozó una raqueta, lo que le costó un sanción disciplinaria con repercusión económica en su premio. El búlgaro sacó cierto orgullo en el último juego y lo intentó, pero el escocés ya no cedería. El partido era suyo.
Grandes sensaciones mostradas por el británico, que se siente de nuevo con la capacidad de afrontar retos ambiciosos. Tendrá que batallar con Nick Kyrgios y con toda Australia para acceder a semifinales, en lo que será un bonito duelo de estilos.