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La vuelta de una bestia

Nico Almagro afronta 2015 con sueños y objetivos importantes, con la responsabilidad y la ilusión de volver a codearse con la élite del tenis mundial y de demostrar que la lesión en su pie izquierdo está olvidada.

La vuelta de una bestia
Nico Almagro | Foto: EFE
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Por Manuel Sánchez Gómez

Junio de 2014, Nicolás Almagro caía en Roland Garros por 5-0 ante la promesa estadounidense Jack Sock cuando el jugador murciano tuvo que decir basta. La fascitis plantar que sufría en el pie izquierdo le obligaba a parar. El por entonces número 27 mundial pasaba por el quirófano perdiéndose lo que restaba de temporada.

Nico se encontraba de esta manera ante el partido más difícil de su carrera. Medio año alejado de las pistas Desaparecía la oportunidad de volver al top ten, se veía relegado al número 89, al borde de salir del top cien mundial. Con la presión añadida de pertenecer a uno de los países con mayor tradición tenística del mundo, donde siempre se exige estar al máximo nivel.

El jugador murciano sabía que la vuelta al circuito sería complicada. Los tenistas dependen hoy en día cada vez más de su físico y Almagro se encontraba ante una nueva temporada, con 29 años y tras medio año parado con la responsabilidad y el reto de volver a ser uno de los grandes.

Dura vuelta

Y elegió Abu Dabi para dar comienzo a su recuperación. En las tierras de oriente consiguió su primera victoria (no oficial) ante Feliciano y se empezaba a atisbar la vuelta de uno de los tenistas españoles más grandes de su generación.

No pudo superar la primera ronda de Sídney al cruzarse con uno de sus
Nico llegó a romper varias veces el saque del nipón mayores enemigos en 2015, el uruguayo Pablo Cuevas y en Melbourne se vio eliminado también a las primeras de cambio al caer ante el japonés Kei Nishikori. Sin embargo fue una derrota “dulce”, Nico mostró el tenis que le llevó a ser en 2011 el número 9 del mundo. Su revés le corría como antaño y solo ciertos titubeos al saque le impidieron robarle mínimo un set al excelso jugador nipón.

Empezaban a llegar los triunfos

Un mes de competición y Nico aún no había conseguido su primera victoria oficial. En esta situación decide olvidarse del cemento y centrarse en su superficie preferida, la tierra batida. Marcha a Sudamérica, más concretamente a Sao Paulo, y los resultados llegan, en sets corridos derrota a Blaz Rola y posteriormente a Tommy Robredo. Llegaba una momentánea tranquilidad a la cabeza del murciano que veía como con esfuerzo y trabajo los resultados volvía a ser positivos. Sin embargo se cruzó de nuevo Pablo Cuevas y en dos horas de encuentro derrotó a Nico.

Almagro ya no solo tenía que luchar ante el físico, volvía su mayor y más viejo enemigo, la cabeza.

Durante su dilatada carrera el mayor enemigo de Almagro no ha estado al otro lado de la pista. Nico ha tenido que lidiar con una cabeza que le ha jugado malas pasadas, esa cabeza que le hacía desesperarse y perder puntos importantes y alejarle de premios mayores.

Pesadilla uruguaya

Y con la figura de Pablo Cuevas volvió este viejo rival. El uruguayo le superó en Sao Paulo e inmediatamente después en Rio de Janeiro, en un partido en el que Nico se puso set arriba y disfrutó de bolas de break para servir posteriormente para partido. Sin embargo el uruguayo le tenía tomada la medida y comida la moral, y Almagro caía por tercera vez en 2015 ante el mismo rival.

En esta situación Nico acudía a una de sus tierras predilectas. En la arcilla de Acapulco Nico había sumado dos títulos de los 12 que componen su palmarés. Aunque esos títulos de 2008 y 2009 parecen lejanos el objetivo prioritario es recuperar las sensaciones que le hicieron brillar en el pasado y que convirtieron a un joven murciano en uno de los mejores tenistas del mundo.

Almagro tiene por delante un 2015 muy duro y a la vez muy bonito, el mayor reto de su carrera, volver a demostrar que aún queda mucho tenis en su raqueta.