Con una condescendiente palmadita en la espalda de Raonic acababa Federer el encuentro de semifinales de Indian Wells, como esas situaciones en que un padre anima a su retoño tras haberle vencido sin aspavientos pero con contundencia, retrasando para otro momento el cambio generacional. Era el décimo duelo entre el canadiense y el suizo, y Federer no estaba dispuesto a dar ninguna concesión, escociéndole aún la derrota en el Master de París del año pasado. Federer luchará por el reinado en el desierto frente a Novak Djokovic, en un nuevo envite de una de las grandes rivalidades históricas de este deporte.
Un Federer sin estridencias pero apabullante
Hizo las veces de asesino silencioso; Federer estructuró su juego a la perfección, creando una maraña de golpes cortados, planos, liftados y subidas inesperadas a la red, en la que Raonic se vio atrapado sin ser consciente de haber entrado en ella. El encuentro se le fue al canadiense en suspiros, sin apenas darse cuenta.
El partido fue tal y como quiso Federer
Llegó Raonic al 5-5 a pesar de no poder hacer su juego; siempre una milésima tarde, siempre golpeando bajo presión, con un Federer muy metido dentro de pista que mantuvo incómodo al discípulo de Ljubicic en todo momento. Milos solventó con su servicio la compleja situación, pero tanto fue el cántaro a la fuente que se acabó rompiendo. En el undécimo juego, Federer incrementó aún más su intensidad y rompió el saque. Hay ocasiones en las que el suizo parece jugar con sus rivales, y decidir cuándo dejarse llevar y cuándo decidirse a vencer. El tenis a este nivel no permite esas licencias, pero la elegancia y facilidad con que juega el helvético, pueden mermar la confianza del rival.
Federer no cedió el saque en todo el encuentro
Esto fue lo que ocurrió en el joven Raonic. Aún cariacontecido al ver cómo se le escapó el 1º parcial, el canadiense salió algo despitado a pista, lo cual pagó caro. Break de salida de un Federer que no dejaría escapar la ventaja obtenida.
Raonic se descontroló e intentó vencer en dos-tres tiros en cada punto. Esto disparó sus errores no forzados, hasta los 28, mientras que Federer acababa con 15 golpes ganadores por tan solo 11 errores no forzados, y un gran porcentaje de puntos ganados en la red, saliendo victorioso en 12 de las 19 ocasiones en que subió.
Final soñada para los organizadores
Ambos se presentan en la final sin haber perdido un set
Se han enfrentado en 37 ocasiones, por lo que se conocen a la perfección. No por ello un duelo entre Federer y Djokovic deja de ser menos atractivo, y más cuando está de por medio la batalla por el primer Master 1000 del año. Son 20 las victorias para el helvético, por 17 del balcánico, datando su último enfrentamiento de hace apenas unas semanas, cuando Federer se impuso en la final del torneo de Dubai.
La organización está de enhorabuena; tras un gran torneo con sorpresas como las de Feliciano López, Tomic o Raonic, el plato fuerte se servirá en la final. Federer - Djokovic. Djokovic - Federer. Duelo de estilos que marca el devenir del tenis en el siglo XXI.