Cinco victorias y siete derrotas, este es el bagaje de Fabio en 2015. Una estadística preocupante cuando estamos hablando de un tenista que hasta no hace mucho estaba entre los 20 mejores tenistas del circuito y era un oponente capaz de ganar a cualquiera, sobre todo en arcilla donde han llegado sus mejores resultados. De hecho sobre arcilla ha llegado esta temporada su único gran torneo hasta la fecha, el ATP 500 de Río donde llegó a la final derrotando a rivales de la entidad de Rafael Nadal y siendo el único torneo de la temporada donde Fabio ha enlazado más de una victoria seguida. Tras su derrota a las primeras de cambio en Indian Wells ante Adrian Mannarino, el italiano ha sumado ya cinco derrota en primera ronda esta temporada, todas ante rivales de ranking inferior.
Del cielo al infierno es pocos meses
El actual número 23 del ranking ATP ha ido perdiendo la motivación poco a poco tras un desilusionador 2014 donde vió como su objetivo de alcanzar el top 10 por primera vez en su carrera se vió truncado por una irregular campaña, en la cual fue más nombrado por su mal comportamiento en la pista que por sus resultados. La presión a la que se veía sometido en la pista sobre todo tras su gran victoria en la eliminatoria de Copa Davis ante Andy Murray fue apoderándose de su cabeza impidiéndole desplegar el juego que en condiciones normales le permitía ser uno de los tenistas con más talento del panorama mundial y acercaban los fantasmas que parecián haber desaparecido con la llegada de su actual entrenador Josep Perlas. A finales de la pasada temporada, Perlas comentaba a los compañeros de Punto de Break en una entrevista concedida que el sobresfuerzo físico para intentar conseguir lograr las expectativas depositadas en él podían ser las causas de lo que le ocurría a Fabio, que tan sólo ganó un partido desde el US Open hasta final de temporada.
Desmotivación por no lograr los objetivos deseados
Este bajón por no lograr los objetivos para los que tanto se trabaja produce una desmotivación que afecta mentalmente al jugador y le impide rendir al 100% de sus facultades físicas. Fabio debe volver a recorrer el camino hacia la regularidad y esto pasa por sumar victorias poco a poco que le devuelvan la confianza de antaño y le permitan recuperar su patrón de juego algo desfigurado en las últimas fechas.
Bolelli, compañero ideal
Fabio y su equipo parecen haber encontrado la solución al problema que les atormentaba, este tiene nombre y apellido, Simone Bolelli. Ambos tenistas aconstumbraban a jugar juntos en citas importantes de las temporadas pasadas como eran los Grand Slam o las eliminatorias de la Copa Davis. Esta temporada ambos han hecho pareja en tres torneos y se han convertido en la pareja revelación de este inicio de temporada. Australia 2015 fue la confirmación de que la solución a los problemas de confianza de Fognini es el doble, junto con su compañero Bolelli dieron la sorpresa del torneo adjudicándose su primer Grand Slam.
Como pareja Bolelli, le aporta experiencia ,tranquilidad y confianza, tres adjetivos muy importantes el renacer del de San Remo. El idilio de la pareja ha seguido en el primer Masters 1000 de la temporada donde alcanzaron la final derrotando a varias de las mejores parejas del mundo.La temporada es muy larga y veremos si son capaces de seguir desplegando el nível de pareja top, lo que si es seguro es que el doble está siendo una terapia acertada para ambos ya que Bolelli ha alcanzado su mejor ranking en 6 años y está viviendo una segunda juventud junto a su compañero.
La recuperación en el indiviudal será lenta pero Fabio puede volver más maduro que antaño, sabe lo que está sufriendo para volver a recuperar la inercia ganadora y el doble como terapia puede devolvernos un Fognini mejor.