Ganar, ganar y ganar y volver a ganar. Esta frase promulgada por Luis Aragonés parecen habérsela tomado al pie de la letra los hermanos Bryan, adoptándola como filosofía de vida. Dos gemelos nacidos hace 36 años, que acumulan ya 105 títulos haciendo pareja, y que no se cansan de levantar trofeos allá por donde pasan. Desde 2001 en la élite, Bob y Mike parecen mejorar con el tiempo, y aunque están cercanos a la cuarentena, mantienen una vivacidad e ilusión que les hacen igual de temibles que hace años.
Se toman la venganza de la final de Wimbledon 2014
Si hay algo que no soportan estos hermanos nacidos en California, es caer en una final de un Grand Slam. En 9 ocasiones han sufrido en sus propias carnes la amargura de la derrota cuando estaban a un paso de la gloria, siendo la última de ellas en Wimbledon 2014. Allí, dos osados jóvenes que respondían al nombre de Pospisil y Sock, fueron capaces de vencer a los estadounidenses, haciendo saltar la gran sorpresa del torneo.
Bob y Mike no olvidan; ya se tomaron una revancha en la final del Master 1000 de Cincinnati, pero la herida no había acabado de cicatrizar. A buen seguro que lo acaecido en el Crampdon Park acelerará el proceso.
Partido decidido en pequeños detalles
Y es que Sock y Pospisil venían lanzados tras proclamarse campeones la pasada semana en Indian Wells. Llevan apenas un año haciendo pareja, y ya tienen en su haber un Grand Slam y un Master 1000. No son grandes sacadores ni voleadores, pero se entienden a la perfección.
Si la perfección existe, los Bryan la aplicaron en el 1º parcial
Sin embargo, el canadiense y el estadounidense sucumbieron al poderío de los Bryan. Los californianos salieron muy enchufados a la pista y cuajaron un 1º set sencillamente perfecto. Tan solo perdieron un punto al servicio, y aprovechando una de las 7 bolas de break de las que dispusieron, tomaron ventaja en el marcador.
Ni una bola de break de los Bryan en el 2º set
La reacción de Sock y Pospisil en la 2ª manga fue digna de una pareja con gran presente y mejor futuro. Lejos de hundirse por el poderío de la pareja rival, sacaron su mejor tenis y barrieron de la pista a los gemelos, con un contudente 6-1.
El encuentro se decidió en el supertiebreak, y es ahí donde la veteranía y la experiencia se erigen en grandes ventajas. Si bien es cierto que Sock y Pospisil lucharon hasta el final, la balanza se acabó decantando del lado de Bob y Mike, que con su habitual entrechocar de pecho, celebraron un título muy peleado hasta la última bola, y que anticipa futuras batallas entre estas dos parejas, que junto a Fognini y Bolelli, se están convirtiendo en los dominadores del circuito.