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Federer se ahoga en tierra

No pudo el suizo con un Monfils que fue muy superior todo el partido y que aleja a Federer del ansiado título en Montecarlo. En dos mangas 6-4 y 7-6 (5) Monfils repitió el encuentro de la Copa Davis y doblegó al finalista del año pasado.

Federer se ahoga en tierra
Foto: Monte Carlo Rolex Masters
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Por Manuel Sánchez Gómez

Viejos fantasmas del pasado acechan a Federer cuando toma contacto con la tierra batida. Los peloteos largos y las bolas con peso dañan demasiado a un Federer que a sus 33 años le cuesta competir en estas pistas al nivel de antaño. 

Las enseñanzas de Edberg basadas en puntos cortos y subidas a la red quedan en nada cuando Federer pisa el polvo de ladrillo. Y más cuando enfrente tienes a uno de los jugadores que mejor recuperan de todo el circuito. 

La elasticidad de Monfils le permite llegar a todas las bolas de Federer, los passings eran constantes y los errores de revés del suizo se incrementaban a lo largo del partido. Muchas cañas y errores no forzados del de Basilea que allanaron el camino a Monfils, sobre todo en el primer set, cuando pese a ir break arriba Federer el galo supo reponerse y darle la vuelta al marcador para llevarselo por 6-4. 

En el segundo set el guión apenas cambió, Federer seguía concediendo oportunidades con su saque y solo algunos destellos de genio consiguieron que el partido no se cerrase antes. 

No hubo tercer set 

La muerte súbita sería el juez que dictase sentencia y pese a que Federer llegó a ir mini break por delante, el suizo perdió cuatro puntos de manera consecutiva para ceder el partido y un buen botín de puntos que le alejan más aún del utópico sueño de alcanzar el número uno este año.

Roger tendrá que  mejorar sus prestaciones en tierra y adaptarse mejor a la superficie para preparar su asalto a Roland Garros, siguiente parada Estambul a finales de abril. 

Puro espectáculo 

Por su parte Monfils alarga su racha contra Federer convirtiéndose en uno de los tenistas que más incomodan al helvético gracias a su elasticidad y competitividad. El no dar una bola por perdida convierte a Monfils en un rival peligrosísimo en este tipo de pistas a lo que se suma su idilio con las pistas centrales y el espectáculo. 

Su comunión con la grada hace de Monfils uno de los jugadores más divertidos de ver y uno de los mayores reclamos de los aficionados en los torneos. Montecarlo podrá seguir disfrutando de él al menos un partido más, el que le enfrentará al búlgaro Dimitrov.