La solidez que venía mostrando Verdasco durante el año 2015 se ha desvanecido en las dos últimas semanas como si de un castillo de naipes se tratara. Las derrotas ante dos jugadores netamente inferiores al madrileño, como son Querrey y Rublev, han restado confianza a un Verdasco cuyo paso por Barcelona ha resultado más que decepcionante. Errático, sin un esquema de juego adecuado para jugar contra un tenista como Rublev, y totalmente incapaz de imponer su experiencia, Verdasco dice adiós antes de lo previsto al Conde de Godó, y lo hace por la puerta de atrás.La ilusión pudo con la pasividadRublev es el 329 del mundo, y fue campeón junior de Roland GarrosSorprendía notablemente ver cómo en los primeros compases del encuentro, Verdasco buscaba un juego directo, contrarrestando los palos dados por Rublev, con golpes agresivos jugados a todo o nada. Ante un joven de 17 años, poco acostumbrado a la tierra batida y las altas temperaturas imperantes en Barcelona, la estrategia parecía que debía ser claramente la de mover la pelota de lado a lado, con golpes incisivos pero pacientes, y buscando peloteos largos.Verdasco negó la mayor, y vagó por la pista golpeando indiscriminadamente cada bola, como si se tratara de un entrenamiento. El desconcierto acudió al propio Rublev, que cedió su servicio lo que condujo al madrileño a liderar el marcador 5-2. Sin embargo, acudieron las dudas y los errores infantiles a Verdasco, que se dejó remontar el set. En el tiebreak Rublev jugó muy inspirado y motivado, viéndose dentro del partido, y Verdasco contribuyó a la causa del joven, poniéndole en bandeja el primer parcial.Verdasco no dio señales de reacción en ningún momentoNada cambió en el segundo set. Verdasco parecía indignado al ver puesta en entredicho su superioridad por un joven que le salió respondón. Lejos de asumir la situación y ponerse el mono de trabajo, Verdasco siguió con un juego irregular e intuitivo. En un esperpéntico quinto juego, cedió el break que a la postre sería definitivo.El siguiente rival de Rublev saldrá del Almagro - LorenziNi siquiera los nervios y el cansancio que atenazaron al ruso en los compases finales y se tradujeron en calambres, pudieron hacer levantar la cabeza al madrileño. Con servicios a menos de 120 km/h, resolvió Rublev el encuentro, tras desperdiciar cinco bolas de partido, poniendo de manifiesto su inexperiencia en tales situaciones. Finalmente, tiró de épica para derrotar a un jugador totalmente desdibujado, y que requerirá de un notable trabajo psicológico para llegar en buenas condiciones a las próximas citas del calendario.