El trabajo duro siempre acaba teniendo recompensa. Eso habrá de pensar Andy Murray, un luchador de las pistas que se ha marcado como objetivo mejorar su juego en tierra batida. No es raro ver al escocés haciendo duros entrenamientos en Barcelona o Valencia, en aras de mejorar su nivel en esta superficie, que siempre ha sido su punto débil. El título conseguido en Múnich la semana pasada se ha encadenado con una solidez muy notable en Madrid. Solo quedan cuatro, y entre ellos está Murray.

Murray desplegó todas sus armas

Romper el ritmo, y no permitir que Raonic golpeara su derecha con ambos pies en el suelo. Ése fue el objetivo de Murray desde el inicio, y para ello hizo gala de todas sus habilidades, que no son pocas. A pesar de la presumible superioridad del escocés en fondo de pista, la mejora de Raonic es palpable, por lo que Murray se afanó en variar alturas y velocidades, utilizando a la perfección su revés cortado y haciendo magistrales dejadas.

Ni una sola bola de break para Raonic en el primer set

Le costó mucho al canadiense caminar hacia delante una y otra vez, y tuvo problemas para tomar la iniciativa en los puntos. Solo un gran nivel con su servicio, mantuvo a Raonic en el partido, hasta que en el noveno juego se produjo la rotura en favor de Murray. 

El segundo parcial transcurría por los mismos derroteros, aunque una cierta relajación en el de Dunblane, permitió al canadiense tener alguna oportunidad de break en el tramo inicial del set. El punto de inflexión se produjo en un maratoniano sexto juego, en el cual Murray salvó varias bolas de break. Además, Raonic hizo una mala posición en una volea de revés, que le acarreó dolores en el empeine de su pie derecho. Dichas molestias lastraron su movilidad durante el tramo final de partido, lo cual aprovechó un pícaro Murray para intensificar su ritmo de piernas y abusar del canadiense, haciendo aún más dejadas de lo habitual.

Final de encuentro deslucido, con un Raonic mermado

No cayó el break hasta el undécimo juego, cuando Milos bajó su porcentaje con el primer saque y nada pudo hacer para evitar el definitivo golpe sobre la mesa de Murray. Ganador en Madrid en 2008, aún en las instalaciones del Telefónica Arena, Murray no había superado los cuartos de final en Madrid. Encadena siete victorias consecutivas sobre polvo de ladrillo el escocés, al que parece haber sentado bien contraer matrimonio. Buscará la final frente a Ferrer o Nishikori.