Thanasi Kokkinakis es ya una realidad. Hoy la promesa se convirtió en un jugador a tener muy en cuenta desde ya. La destartalada pista 7 era el escenario donde el joven Thanasi tenía la prueba definitiva, y el escollo no era otro que su compatriota y amigo Bernard Tomic.
Bernard Tomic comenzó de una forma mucho más solida que Kokkinakis, atenazado por unos más que comprensibles nervios. La ecucación era simple: Tomic pegaba más y fallaba menos. El resultado: dos breaks que permitían al número 26 del mundo llevarse el primer set por 6-3.
El martirio de los break points
En la segunda manga, los nervios por fin abandonaron a Kokkinakis, que con una ostentosa mejoría equilibró el partido en lo que a juego se refiere.
Sin embargo, el talón de Aquiles de Thanasi en este parcial fueron las bolas de break. Hasta seis oportunidades desperdicío el imberbe jugador austrliano. Por el contrario, dos bolas de break fueron suficientes para que Tomic lograse un break que posteriormente confirmaría con su saque para poner el 2-0 en el marcador. Bernard rozaba los dieciseisavos con la palma de los dedos...
Thanasi "Milagro" Kokkinakis
A pesar del mazazo, Kokkinakis no le perdió la cara al partido, manteniendo el excelso nivel de juego del segundo set. No obstante, los fantasmas se le volvían a aparecer a Thanasi, que como si de una pesadilla se tratase, volvió a desperdiciar seis puntos de rotura.
Dicen que "la fe mueve montañas", y así lo creyó Kokkinakis que en Kokkinakis logró su primer break en la 13ª oprtunidadla siguiente oportunidad de quiebre, llevaba 0 de 12, no falló y puso el 4-2 en el marcador. Mantener el saque fue suficiente para cerrar la manga y mantenerse con vida en el encuentro.
El golpe dejó aturdido a un Tomic que cuando quiso despertar iba 3-0 abajo, con dos breaks en contra. Bernard solo pudo recuperar uno de los dos, insuficiente para evitar que Kokkinakis empatase el partido a dos sets.
La más dulce de las victorias
Llegaba el quinto y definitivo set, y en la cabeza de todos los que contemplabamos el encuentro anidaba el recuerdo de aquel épico partido en Australia en el que Thanasi Kokkinakis eliminó a Gulbis tras cinco agónicos sets. Los nervios volvieron a la raqueta de Thanasi, que pronto perdio su servicio y se vio 5-2 abajo. La hazaña del adolescente quedaba ya muy lejos...
Cuando ya nadie apostaba por él, Kokkinakis sacó fuerzas de flaqueza y tras salvar dos bolas de partido, recuperó el break y empató el set a cinco. Cual Ave Fénix, Thanassi resurgió de sus cenizas.
Fue en el 6-6 cuando los nervios cambiaron de bando y llevaron a Tomic a perder el saque. En el turno de servicio siguiente, Kokkinakis cerraba el partido más epico de su carrera, con permiso del de Gulbis, que, casualidades de la vida, también terminó 8-6 en el quinto set.
Con este glorioso triunfo, Thanasi Kokkinakis accede a la tercera ronda de Roland Garros, torneo en cuayo cuadro principal hacía este año su primera aparición. Premio o desgracia, a Kokkinakis le toca "bailar con la más fea", ni más ni menos que el número uno del mundo, Novak Djokovic. Si algo hay seguro es que el joven australiano no tiene nada que perder.