Si bien es cierto que con el paso del tiempo se han reducido los especialistas natos en determinadas superficies, presenciado una "democratización" del tenis, existen tenistas con un patrón de juego que difícilmente puede dar réditos positivos sobre el pasto. Uno de ellos es Tommy Robredo, cuyos golpes no destacan por su potencia, siendo el efecto liftado su principal arma.

Lejos de esconderse, el gerundense intenta mejorar y saca el coraje y la garra que le acompaña desde inicios de su carrera. Robredo tiene en Wimbledon el único Grand Slam en el que no ha logrado acceder a los cuartos de final, cosechando su mejor resultado en 2014, con unos meritorios octavos de final. Halle fue el torneo preparatorio escogido por el de Hostalrich, y las sensaciones son agridulces.

Falta de agresividad del español

Resulta inviable cambiar radicalmente el estilo de juego, pero es preciso adaptarse, moldear el esquema tenístico en función de la superficie sobre la que se juegue. Robredo no lo hizo durante el primer set, jugando a meter muchas bolas dentro ante un Seppi que se desenvuelve bien sobre el césped, como acredita el hecho de ostentar un título en Eastbourne, 2011.

El italiano fue dominador y pasó por encima del español. Pero Tommy es un jugador experimentado y supo reaccionar. Se vivieron en el segundo parcial los momentos álgidos del encuentro, con un Robredo mucho más incisivo con sus golpes, y que planteó la estrategia de cortar cada bola que iba hacia su revés, intentando tomar la iniciativa del punto al siguiente golpe. Los cortados fueron mucho mejores que los del primer parcial, y esto igualó el encuentro.

Tommy tuvo bolas de break en el juego inicial del tercer set

El set se definió en un apasionante tiebreak en el cual se dejó traslucir el afán competitivo del jugador catalán. Todo parecía de cara para Tommy, y mucho más cuando en el primer juego del tercer parcial contó con bolas de break a su favor. Sin embargo, Seppi salió del atolladero y sorprendió a Robredo en el segundo juego. Rotura a favor del de Bolzano, que tomó una ventaja que ya no se le escaparía, gracias a su solidez al servicio.

Robredo abandona Halle con cierta incertidumbre, la que le lleva acompañando todo el año 2015, en el cual el tenis del gerundense no está brillando. Por su parte, Seppi accede a los cuartos de final y se verá las caras con el ganador del duelo entre Monfils y Kukushkin. El italiano ha hecho actuaciones destacables este año, como los octavos de final en el Abierto de Australia (con victoria ante Federer incluído) y finalista en Zagreb. A buen seguro será un jugador a tener en cuenta para el título final.