Andy Murray saborea las semifinales de Wimbledon en un partido que se vio interrumpido por la lluvia al inicio del mismo, pero que ni el cambio climático pudo apartar al escocés del objetivo de arrasar en el partido al canadiense Pospisil. El británico logró vencer en un poco más de dos horas por 4-6, 5-7  y 4-6.

La lluvia protagonista en el primer set

Pospisil llegaba al encuentro tras jugar dos días atrás un total de diez sets entre el partido en el cuadro individual y el choque de dobles. No obstante, el cielo negro no acompañaba al ritmo del partido en su inicio que veia como los dos primeros juegos se decidían en blanco para ambos tenistas.

Sin embargo, la prisa por una posible lluvia dio mayor velocidad a un juego donde Murray se sintió cómodo y logró un quiebre vital, justo antes de que las finas gotas comenzaran a caer sobre la hierba londinense. Tras el parón, el ritmo volvió a decaer y un Pospisil peleón se quedó sin premio ante la gran comodidad de Murray con su derecha sobre esta superficie.

Pospisil falla al final

La hierba está siendo un buen escenario para Pospisil que se está viendo cómodo con su servicio y con la subida a la red. Un tenis mucho más táctico con el que ha regalado momentos de disfrute al público inglés. Sin embargo, los nervios pasan facturas en momentos de paridad y, una vez más, eso le sucedió al jugador.

Los dos jugadores se mostraron muy acertados al saque y con un gran golpeo ganador en la segunda jugada que imposibilitaba que el rival golpease con comodidad o llegase con tiempo al golpeo. El público veía dinamismo en los peloteos, pero faltaba esa pizca de agresividad del restador para poner nervioso al sacador.

No obstante, Murray sacó las garras en el momento justo para encarrilar la segunda manga y así fue con un juego donde Pospisil tomaba el mando, pero que terminaría cediendo ante la versatilidad de los golpes del británico. Un quiebre que llegó en el momento más adecuado para acabar venciendo el set por 5-7.

Misma historia en el tercer set

El set comenzaba con dos bolas de rotura a favor de Andy Murray que no lograba conseguir por culpa de una actitud más ofensiva en sus golpeos de Pospisil. Algo que se le reclamaba y donde el propio tenista canadiense se siente más cómodo.

De esta forma, los nervios se traspasarían al escocés que se vería obligado a hacer un gran saque para solventar una situación incómoda. El partido sería más dubitativo en los peloteos golpeando en varias ocasiones la red y cometiendo más errores no forzados. Dos doble faltas de Pospisil y once errores del canadiense acabaron claudicando el encuentro.

Murray también estuvo más endeble en momentos decisivos, sin saber aprovechar las oportunidades que le llegaban con varios errores no forzados (6). Empero, el británico tuvo una recompensa final con otra rotura en un momento crítico en un juego de golpes de memoria del escocés que sentenciaron el encuentro. Una victoria que le permite disputar la semifinales y estar a un paso de la final.