Estaba preparada la ciudad de Darwin, al norte de Australia, para recibir en el seno de sus pistas los dos primeros partidos de la eliminatoria que enfrenta a su combinado nacional contra Kazajistán. Los australianos jugaban con el público a su favor y en una superficie, la hierba, que a priori les venía mejor a su juego. Los kazajos llegaron a Darwin con su papel bien aprendido, tenían que jugar lo mejor posible para dar la sorpresa y ganar sus respectivos partidos. Iban a salir a las pistas con más corazón que esperanza.

El primer partido de la eliminatoria lo disputaban los dos cabezas de equipo: Kokkinakis, por parte de los australianos; Kukhuskin del combinado kazajo. El favorito para el encuentro era Kokkinakis, jugador que tiene un potente servicio y le gusta subir a volear a la red, características que vienen muy bien sobre hierba. Comenzó Thanasi el partido muy dubitativo, tuve que levantar dos bolas de rotura en su primer servicio. Lo propio tuvo que hacer Kukhuskin con el suyo. Los dos tenistas estaban nerviosos y sabían que tenían una gran responsabilidad a sus espaldas. Kukhuskin fue el que asestó el primer golpe haciendo break en el segundo servicio de Kokkinakis. El joven tenista australiano no se podía creer lo sucedido y comenzó a precipitarse en el resto para intentar poner el contra break. Esto no fue posible y Kukhuskin, con un gran servicio, se apuntó en su casillero el primer set.

Muy mal comenzó Kokkinakis el segundo set, se le notaba nervioso y no terminaba de mostrar su mejor versión. Estos factores le llevaron a ceder el primer servicio del parcial. Kukhuskin, a quien el partido se le puso muy de cara, jugaba sus servicios con gran solvencia, no daba posibilidad al break. Pero un error de concentración hizo posible que Kokkinakis redujese distancias en el marcador. Poco le duró la alegría y Kokkinakis dejó claro que hoy no era su día, perdiendo dos servicios consecutivos y quedándose dos sets por debajo en el marcador.

Kukhuskin no se podría haber esperado que el partido se le iba a poner tan favorable. El tenista kazajo rinde mejor sobre pista dura, pero se le veía muy cómodo sobre el césped de Darwin. Kokkinakis también es un tenista cuyo estilo de juego va mejor en pista dura, pero el juego en hierba del australiano no tiene nada que envidiar a su versión en el cemento, por esto sorprendía la enorme ventaja que había tomado Kukhuskin en el partido. Kokkinakis debía reaccionar si no quería ceder el primer punto de la eliminatoria, pero enfrente tenía un hueso muy duro de roer que estaba mostrando su mejor tenis. La fortuna no estaba por concederle al australiano algo de buena suerte y este cedió el primer servicio de tercer set. Kukhuskin aprovechó este regalo y con un saque muy potente que Kokkinakis no podía restar, consiguió conseguir el primer punto para Kazajistán.

Kokkinakis durante el partido. (Foto: www.theaustralian.com.au)

El patinazo de Kokkinakis sorprendió a propios y extraños, pero Kukhuskin puso más corazón y terminó poniendo su granito de arena en la eliminatoria. La victoria de Kukhuskin daba un respiro a su compañero Nedovyesov, que debía jugar el segundo punto contra Kyrgios. Si el kazajo podía salir a la pista más relajado, la derrota de Kokkinakis metía más presión a su compatriota que estaba obligado a ganar para empatar la eliminatoria y evitar que los kazajos tomasen más ventaja en la eliminatoria.

El segundo partido iba a enfrentar a dos grandes sacadores, factor muy importante y a tener en cuenta sobre la hierba. Así comenzó el partido entre los dos cañoneros, con potentes servicios que, si se conseguían restar, dejaban el punto en bandeja a su rival. De servicio en servicio iban apuntándose los juegos hasta que llegaron al previsible tie break. Aquí la presión es máxima porque un mínimo error puede condenarte a perder el set. En la muerte súbita, Kyrgios perdió dos saques y Nedovyesov solo cedió uno, con lo cual el primer set se lo anotó el de Kazajistán.

La derrota del primer partido, sumado a la pérdida del primer parcial, ponía a Kyrgios contra la espada y la pared. Estaba jugando bien, pero en un partido con dos potentes sacadores la suerte es un factor muy importante, y esta parecía dar la espada a los australianos y sonreír a los kazajos. Con más presión para el australiano, y más relajación para el kazajo, comenzó el segundo set. El segundo parcial fue calcado al primero. Ambos tenistas decidían los puntos con sus saques sin dar oportunidad a sus rivales de romper el servicio. El segundo set también tuvo que decidirse en el tie break, pero esta vez Kyrgios supo jugar mejor sus cartas e hizo dos roturas consecutivas que le permitieron igualar el marcador. Parecía que la suerte ya comenzaba a igualar la balanza.

Kyrgios relajado. (Foto: Scott Barbour / Getty)

El tercer set, para no desentonar con los anteriores, comenzó de igual modo. Pero todo cambió en el séptimo juego, cuando Kyrgios consiguió romper el servicio de Nedovyesov y dar una alegría al público presente en las pistas de Darwin. Parecía que el tercer set se lo iba a llevar el australiano y conseguir la primera ventaja en el marcador de la eliminatoria, pero Nedovyesov demostró que no estaba todo visto e hizo la rotura cuando Kyrgios servía para hacerse con el set. El parcial terminó en una nueva muerte súbita en la que se impuso Nedovyesov. La clave en este set fue el exceso de confianza del australiano que, ante su falta de experiencia, dio por muerto antes de tiempo a su rival.

A Nedovyesov le dieron por muerto, pero el demostró que ese muerto estaba muy vivo, como la famosa comedia. Perder el servicio en un partido entre dos grandes sacadores te condena porque es muy difícil romper el saque a tu rival. Kyrgios se resignó al suceder de los juegos mientras veía las caras de decepción en el público. Tenían las esperanzas de igualar la eliminatoria en aquel partido, pero Kyrgios no pudo doblegar a un gran Nedovyesov que hizo saltar a toda Kazajistán mientras el caía de espaldas en la pista.

Australia se llevó un duro golpe de realidad. Los tenistas locales eran los favoritos en sus respectivos encuentros, pero los kazajos les dieron una lección de humildad y de buen hacer para ponerse dos puntos por delante en la eliminatoria. Un descuido más de los australianos les eliminaría de la Davis.