Lucas Pouille es el primer semifinalista de la presente edición del ATP 500 que se disputa esta semana en Hamburgo. El jovencísimo tenista galo no titubeó en el primer encuentro de la antepenúltima jornada del torneo y arrasó sin previo aviso a su adversario, un Benoît Paire que llegaba con la vitola de gran favorito. Y es que los precedentes de Paire eran abrumadores. Tras aplastar a todos sus rivales la pasada semana en el torneo sueco de Bastad, el tenista de Avignon había logrado avanzar hasta los cuartos de final de Hamburgo tras derrotar a dos rivales de la entidad de Philipp Kohlschreiber y Tommy Robredo.

Sin embargo, Pouille ha logrado dar la mayúscula sorpresa al imponerse a su compatriota, cinco años mayor que él y 40 puestos por encima en el ránking ATP. Previamente, este joven jugador nacido hace 21 años en la localidad francesa de Grande-Synthe, cerca de la frontera belga, había derrotado con dificultades al tenista vasco Iñigo Cervantes en la primera ronda del torneo, superando en octavos con mayor facilidad al veterano argentino Juan Mónaco.

Lucas Pouille, quien llegaba al cuadro final de Hamburgo procedente de la fase previa, apenas ha logrado victorias esta temporada en el circuito ATP, destacando únicamente las semifinales que alcanzó en enero en el torneo neozelandés de Auckland, donde cayó en otro duelo francés ante su compatriota Adrian Mannarino. Por su parte, el mejor resultado del año para Benoît Paire no fue otro que el título cosechado la semana pasada, el cual funcionó como una especie de resurrección personal tras un año medianamente a la deriva.

Veterana juventud

El primer choque entre ambos jugadores comenzaba con el pertinente intercambio de golpes. Pouille demostraba una sólida consistencia desde el fondo de pista, mientras Paire alternaba, como es habitual, golpes de genialidad con errores incomprensibles. La fiera defensa de su servicio sirvió a Pouille para apenas conceder oportunidades a su adversario al resto en los primeros tramos del encuentro. Benoît Paire, acostumbrado a aprovechar sus rachas positivas para generar una brecha en el marcador, veía como el encuentro le resultaba pegajoso, desagradable e incómodo.

De esta manera obtuvo Lucas Pouille la primera oportunidad de hincar el diente al servicio de su rival. Mostrando una enorme seguridad en su tenis, el joven tenista galo conseguía el break que, a la postre, le daría la ventaja necesaria para agenciarse el primer parcial. 6-3. Las cartas estaban sobre la mesa. Paire, aturdido y sumido en su espiral negativa, no fue quien de empezar la segunda manga con buen pie. Nada más arrancar la segunda parte del encuentro, sus errores y su falta de concentración, sumados al cansancio acumulado tras dos largos encuentros ante Kohlschreiber y Robredo, volvieron a provocar que Pouille lograse otra rotura.

Paire no logró ante Pouille mantener su racha ganadora (Foto: InfosMagazine).

Con el partido completamente desbocado, llegó el momento de la verdad para el tenista de Grande-Synthe. Exhibiendo una confianza irrefutable en su saque, Pouille fue llevándose todos y cada uno de sus servicios a su casillero, generando una impotencia en el tenis de Paire que acabaría siendo letal y definitoria en el partido. Antes del término del encuentro, a Lucas Pouille todavía le sobraría tiempo para rematarlo con el tercer break del partido, ampliando así la diferencia y asestando a Paire el hachazo definitivo.

Con el 6-3 y 6-2, Lucas Pouille accede a las primeras semifinales de un ATP 500 de su carrera deportiva, y corta además la racha de siete victorias consecutivas de un Benoît Paire que, de mantener su nivel de juego, a buen seguro será un rival a temer para los grandes en la gira americana que se avecina. El rival de Pouille en semifinales saldrá del vencedor del duelo que esta tarde enfrentará al italiano Fabio Fognini, campeón en 2013, y al esloveno nacionalizado británico Aljaz Bedene.