Lo que se presuponía sería una dulce retirada acompañada de prolíficos homenajes, ha acabado siendo toda una tortura para Mardy Fish, cuyo físico ha vivido situaciones límite durante el tan largo como escaso en calidad, encuentro frente a Feliciano López. El madrileño ha tenido uno de esos días en los que está negado con su derecha, y su tenis parece un placebo.
Fish se encontró con dos sets en los que no hubo contrincante al otro lado de la red, sino más bien un monologuista empeñado en ahondar en sus propias miserias. Mirando a su banquillo de manera constante y repitiendo machaconamente lo ignominioso que era jugar tan mal ante un cuasi ex-tenista, el toledano a punto estuvo de despedirse de Nueva York. Sin embargo, las dudas de Fish y su servicio acudieron al rescate a tiempo.
Sonrojante nivel del español
Sencillamente incomprensible es lo que se vio en los primeros compases del encuentro. Lento de piernas y carente de golpes incisivos, el jugador español dejaba escapar su servicio en el quinto y el séptimo juego, para entregar la primera manga en apenas 38 puntos.
El público asistía sorprendido al buen juego de Fish, que supo leer a la perfección la situación y se encargó de jugar constantemente al drive del español. Un drive inseguro, falto de mordiente y que no lograba pasar del cuadro de saque. Anulada por completo su derecha, Feliciano buscó consuelo en el servicio, que se erigió en su salvavidas. Hasta 22 aces conectó Feli, que aprovechó un despiste de Fish en la segunda manga para equilibrar el partido.
Todo parecía que podía quedarse en una mera anécdota, un simple mal set. Al ganar el segundo parcial, López se encaminaba a la victoria. Pero no fue así. Continuó el esperpento con su derecha y el contador de errores no forzados no paraba de subir. En un tercer set digno de borrar de la memoria de todos los aficionados, Feliciano se iba totalmente del encuentro y Fish se lo adjudicaba 6-1.
Fish llegó a sacar para ganar el encuentro en el cuarto set
El milagro era posible y el público estadounidense se afanó en animar a su jugador, muy seguro con su revés y agresivo con la derecha. El español tuvo cierta lucidez y comenzó a jugar más por el lado del drive a Fish, por donde llegaron errores. Pero lo peor estaba por llegar.
En el noveno juego de la cuarta manga, López lo volvió a hacer. Fallos incomprensibles y el partido en una bandeja de plata para Fish. Ahí es donde se le vieron las costuras al veterano jugador estadounidense, al que le dio vértigo. Sacó para ganar el encuentro pero López se amarró a la pista y logró voltear totalmente el marcador. De nuevo igualdad en el electrónico, y de nuevo la esperanza en despertar pronto de esa pesadilla.
El partido se convirtió en un drama, con Fish luchando por sobrevivir a las molestias físicas y los calambres, y aún y así, manteniéndose en el encuentro. Feliciano no era capaz más que de poner la pelota en pista, mostrando una total inseguridad en sí mismo. La balanza se acabó decantando del lado del toledano cuando ya le resultaba difícil a Fish mantenerse en pie.
Ambos se pueden dar por satisfechos
Partido para olvidar de un López que ha propiciado una amarga despedida del mítico jugador de Minnesota. Lo único bueno que se puede extraer del encuentro es que Feliciano continúa en el torneo, y tendrá la oportunidad de redimirse de su mal partido de segunda ronda en la siguiente fase, donde se medirá al vencedor del duelo entre Raonic y Verdasco.
Acaba Fish su andadura en el tenis profesional, y lo hace magullado, poniendo de manifiesto el coraje del que ha hecho gala toda su carrera deportiva. Con más corazón que tenis volvió Fish a las pistas, deseoso de poder despedirse del tenis disfrutando del mismo. Un guerrero de las pistas que muere de pie, y orgulloso de su labor. Hasta siempre Mardy.