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Los cañonazos abren la puerta a la final

Raonic y Roberto Bautista se enfrentaron en una apasionante e igualada final en la que el montenegrino, con nacionalidad canadiense, terminó por imponer su ley en dos sets que terminaron con el resultado de 2-6 y 6-7 (2).

Los cañonazos abren la puerta a la final
Raonic celebra una victoria. (Foto: ATP)
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Por Jaime Bernal

Milos Raonic y Roberto Bautista Agut eran los dos hombres que se iban a disputar la última plaza para la final en San Petersburgo. Con una plaza ocupada por Joao Sousa, estos dos tenistas se debían jugar la restante en un partido de semifinales esperado. El tenista español partió en el inicio del torneo como la cuarta mejor raqueta del cuadro. Esta condición le hizo estrenarse en segunda ronda contra el tenista local Gabashvili. La victoria en tres sets le llevó a cuartos donde ganó su plaza en las semifinales en un partido a dos sets contra Pouille. En el mismo lado del cuadro, pero abajo del todo como le corresponde al segundo cabeza de serie, estaba Milos Raonic. El que hace las veces de tenista canadiense en la Davis, se enfrentó en segunda ronda contra el ruso Donskoy y en cuartos contra otro español, Tommy Robredo.

En ninguno de los dos partidos cedió ningún set y ganó con solvencia a sus dos contrincantes. Mirando el ranking el favorito sería el de Podgorica que es noveno. El español entra entre los veinticinco mejores tenistas del momento ocupando la vigesimotercera plaza. El partido no sería inédito y tiene un precedente; el otro partido entro los dos tenistas se produjo en París en octubre del pasado año y ganó Raonic por dos sets a cero. El choque prometía mucha igualdad, pero el favorito para llegar a la final era Milos Raonic.

El partido lo empezó Raonic con su servicio. El montenegrino, que se juega el todo por el todo con los servicios, le costó mantener su primer turno. El tenista castellonense, que tiene un buen brazo para los servicios, dejó su turno en blanco y disipó las dudas de que iba a luchar por la final. El primer break no se hizo de rogar. El español sacaba por segunda vez en el partido y tuvo que salvar dos bolas de break. En el deuce Raonic no desaprovechó la bola de rotura que tuvo y a la tercera se pudo por delante en el marcador.

La rotura, lejos de minar la moral de Bautista, le hizo apretar los dientes e intentar poner el contrapunto. Los juegos pasaban, pero las bolas de break no llegaban para Roberto. Tuvo oportunidad de romper en el séptimo juego, pero mandó la bola a la red con un difícil resto. En el siguiente juego Raonic, después de no materializar una bola de set, hizo lo propio con la segunda y se anotó el primer parcial.

A pesar de lo abultado del marcador, 2-6, el parcial estuvo muy igualado. Raonic daba rienda suelta a su derecha e imprimía mucha potencia a las bolas. Bautista no se amilanaba y también golpeaba con dureza a la pelota. A pesar de que hizo méritos para igualar el primer set, Raonic hizo valer la primer rotura y aprovechó el momento más delicado del parcial para cerrarlo. Bautista podía dar guerra todavía si seguía jugando al nivel demostrado.

Intentona de Bautista

El segundo set lo comenzó el de Castellón con mucha intensidad. Disfrutó de una bola de break en el primer servicio de Raonic, pero el internacional con Canadá supo templar los nervios y con un magistral saque esfumó las ilusiones del español. A partir de aquí el set se convirtió en una oda a los servicios y ambos tenistas dieron una clase magistral de cómo se debe servir para no perder el saque. Los restos no eran precisos por la gran potencia de los saques, con lo cual era difícil ver bolar de break. De un servicio a otro se iban pasando los juegos. Raonic intentaba algo más aventurándose en la red, pero Bautista sabía encontrarle las cosquillas al montenegrino. En la recta final del set ambos tenistas parecieron conformarse con jugárselo todo a la muerte súbita y en esta desembocó el set. Aquí Raonic impuso su ley llegando a conseguir hasta tres saques directos. Bautista lo intentó, pero con un error no forzado y una bola a la que llegó forzado y no pasó la red, hicieron que Raonic fuese el tenista que se subiese al tren directo a la final.

Ambos tenistas mostraron su mejor versión el partido. Se les notaba las ganas de conseguir la plaza para jugar la final y verse las caras con un rival, a priori, de menor categoría. Era, presumiblemente, una final anticipada y el ganador de ella, con permiso de Joao Sousa, tenía todas las papeletas para salir laureado de la ciudad rusa. Al final fueron los cañonazos de Raonic quienes fulminaron al de Castellón y se jugará la gloria rusa contra el portugués Joao Sousa, la sorpresa del torneo.