Para una persona que nunca ha patinado sobre hielo, hacer el intento por primera vez ha de ser tan ilusionante como desesperante. Caer, levantarse, caer, levantarse. Así continuamente, hasta lograr el objetivo. Pero imagínense si una patinadora profesional llega un día en que, no logra mantenerse en pie y comienza a precipitarse al suelo pasados unos segundos. 

La dureza psicológica que implica un reaprendizaje es estratosférica. El deporte a veces es así de cruel; cuando estás en lo más alto, sin saber por qué, caes en el vacío. Una caída sin remisión hasta que un día, se vuelve a contar con estabilidad. Esto es lo que le está ocurriendo a Carla Suárez. Humildad y trabajo para volver a ser la que era: una de las mejores del mundo.

El país de la Carla naciente

Está encontrando en Asia la inspiración. No merece la pena repasar el desierto de juego y resultados que ha atravesado la canaria estos últimos meses; ahorrémonos el disgusto. Éste es un día para enmarcar como el de un posible resurgimiento de Carla, un punto a partir de cual reconstruya su edificio tenístico.

Ya tuvo varias victorias en torneos anteriores, pero en ninguno de ellos logró darlas continuidad. En Pekín lo ha conseguido. Tras beneficiarse de la retirada por lesión de Tsurenko, la jugadora española afrontaba un comprometido encuentro contra Mónica Puig, puertorriqueña de 22 años y 106. Mucho que perder y poco que ganar para Carla; precisamente lo peor que le podía ocurrir a una jugadora en su estado mental.

Sin embargo, la canaria decidió que ya era suficiente. Salió con una determinación exquisita, y asumiendo los errores propios de una tenista con falta de confianza, como es ella actualmente. Fue un primer set con muchas alternativas, un break para cada una pero juegos muy largos e igualados. Se fue al tiebreak, donde las dudas no atenazaron a Suárez, sino que la relanzaron a la victoria. Jugó muy bien los puntos cumbre, haciendo valer su ránking y talento, y tomó una ventaja que se antojaría clave.

El segundo parcial fue de lo mejor de Carla en los últimos meses

Puig lucía cabizbaja al inicio del segundo parcial. Sentía que se le había escapado una oportunidad única para adelantarse en el marcador y disparar las pulsaciones y el sistema nervioso de la española. No lo aprovechó y fue presa de uno de los mejores parciales de Carla en los últimos meses. Potente en sus golpes, metida dentro de pista y sin precipitarse. Estructuró el juego en base a un saque más incisivo, y logró un triunfo muy meritorio.

Luchará con Timea o Duque Mariña; previsiblemente será la suiza, una jugadora que lleva un tiempo sin entrar en competición, por lo que puede acudir con dudas. Si continúa con el nivel del segundo set, Carla podría ganar algún otro partido y postularse como con muchas opciones de meterse entre las ocho mejores a final de año.