Hablar de Roger Federer es hablar de historia del tenis. Quizá el capítulo más brillante de este deporte, pues el suizo se ha convertido por méritos propios en el mejor tenista de todos los tiempos. El suizo ha sido capaz no sólo de ganar un sinfín de títulos, sino además de lograr todos sus éxitos practicando un juego elegante, sin grandes aspavientos y haciendo gala de su repertorio de golpes y su talento para ir superando obstáculos en su camino hacia la gloria. Pese a conservar esa magia intacta, el jugador helvético ya no se encuentra al mismo nivel tenístico que antaño, y en ocasiones sufre más de los esperado para solventar determinados encuentros.
En dieciseisavos de final, Federer se veía las caras con uno de esos rivales incómodos, el estadounidense John Isner. El tenista norteamericano tiene un cañón en su brazo derecho, lo que sumado a su imponente altura propicia uno de los mejores saques del circuito, con medias superiores a los 200 Km/h. en su primer servicio. El cabeza de serie número 13 del Masters 1.000 de París es capaz de incomodar a cualquier rival utilizando como principal arma su saque, y el jugador suizo iba a comprobar en primera persona la dificultad de superar a Isner.
Aferrados al servicio
Los dos tenistas comenzaron el encuentro mostrándose muy firmes con el servicio, si bien el estadounidense tenía menos problemas para apuntarse los juegos. Federer no estaba del todo cómodo sobre la pista, y eso se reflejaba en el porcentaje de primeros saques, algo inferior al habitual y que se tradujo en problemas para mantener la igualdad en el marcador en el primer set. Pero el tenista helvético, al igual que los grandes jugadores del circuito, suele sacar a relucir su mejor tenis en las situaciones más difíciles, y con varios destellos de clase logró mantener equilibrado el partido.
John Isner sólo cedió un juego al servicio
Así, con ambos jugadores siendo fiel a su estilo de juego, el primer parcial sólo pudo resolverse en el ‘tie-break’, un juego en el que cada error se castiga con dureza. Y en contra de lo que podría parecer, John Isner se mantuvo más sólido tanto con su servicio como con la derecha, y dos errores no forzados de Roger Federer dieron la victoria en el primer parcial al norteamericano, que se impuso en el juego definitivo por 7-3.
La reacción del maestro
La pérdida de la primera manga no le sentó nada bien al suizo, que tuvo muchos problemas para mantener su servicio al comienzo del segundo set. El estadounidense tuvo alguna bola de ‘break’ a su favor, pero la precipitación y el acierto del mejor jugador de la historia provocaron que Federer llevara la delantera en el segundo parcial. Todos esperaban que hubiera una reacción del suizo para cambiar la tendencia de un partido que se iba complicando tras cada juego, y finalmente, esta reacción llegó en el sexto juego del segundo set.
Roger Federer se despide de París sin haber cedido el servicio
Roger Federer rompió el servicio de su rival y se puso 4-2 arriba y servicio para encarrilar el set y enviar el partido al tercer parcial. El helvético no desaprovechó la oportunidad, y mantuvo sin demasiadas dificultades sus dos siguientes saques para terminar conquistando la manga por 6-3, provocando una gran ovación del público francés, ansioso de seguir viendo tenis y, más concretamente, el jugador por el tenista de Basilea.
La hora del cañón
Pero de nuevo el partido dio un giro inesperado. La lógica hacía pensar que la tendencia creciente del suizo desembocaría en un triunfo claro en el tercer set, pero lejos de eso, John Isner respondió a la perfección y se mantuvo en el encuentro de nuevo con el servicio como mejor aliado. El norteamericano fue capaz de nivelar el encuentro y, por consiguiente, ambos tenistas llegaron al juego definitivo, un desenlace justo tras lo visto sobre la pista en la capital francesa.
Y al igual que sucediese en el primer set, Isner estuvo más acertado que su rival en el ‘tie-break’, consiguiendo una sorprendente victoria ante Roger Federer por 7-5 y eliminando a uno de los grandes favoritos en París, confirmando que puede plantar batalla a cualquier rival gracias a su espectacular servicio. En cuartos de final, John Isner se enfrentará a David Ferrer.