El momento que tanto tiempo lleva esperando está a punto de llegar. Rafael Nadal lleva preparand el Abierto de Australia desde el minuto siguiente a su dura derrota contra Fognini en Nueva York. Un competidor nato que se alimenta a base de victorias en torneos grandes, y que ha estado trabajando mucho para ahuyentar los fantasmas que mermaron su nivel durante 2015.
Discurso muy positivo
Nadal no dudó en asegurar: “He trabajado muy duro para llegar al Abierto de este año en las mejores condiciones posibles.” Es consciente el balear de la importancia que tiene el evento, erigiéndose en la posibilidad para reencontrarse con su tenis y demostrar que sigue siendo competitivo en los grandes torneos.
Aún muy lejos de Novak Djokovic, el objetivo de Rafa no es otro que el de sentirse importante, el verse con serias opciones de ganar un Grand Slam, algo que no ocurrió en 2015. La preparación ha sido larga, intensa y muy exigente, como confirma Rafa: "Lo he preparado con la máxima ilusión e intentaré hacer las cosas lo mejor posible. “La preparación está siendo buena. Veremos si luego en la competición le podemos dar continuidad y hacer un buen torneo.”
Finalista en Doha, éste fue el último peaje antes del gran momento. Melbourne está en ebullición, y Rafa se prepara a conciencia bajo el abrasador sol estival de la ciudad australiana. El español comentó que "espero que sea un año positivo", buscando que 2016 sea más prolífico en éxitos y le devuelva a lo más alto. No lo tendrá fácil, habiendo reconocida su fragilidad mental el pasado año, los rivales se afanarán en buscarle las cosquillas al balear. Se espera que esté totalmente recuperado, y vuelva a poner de manifiesto su exuberante tenis. El Abierto de Australia no es su torneo favorito pero ha dejado momentos para la posteridad.