No es fácil enfrentarse a las preguntas de los periodistas tras haber caído derrotado. Isner afrontó con entereza el trámite, y analizó los motivos de su derrota. Elegante y discreto como siempre, el de Greensboro dio una nueva lección de madurez, educación y aplomo. Derrotado sobre la pista pero con la cabeza alta se va de Melbourne.
En los compases iniciales de la rueda de prensa, John mostró sus sentimientos tras el partido: "Fue muy frustrante, él jugó muy bien. Un jugador de su nivel no va a jugar mal en unos octavos de final, así que debería haber jugado mejor de lo que lo hice. No le voy a ganar nunca si no juego perfecto. Así son las cosas." Sencillez y honradez en sus argumentos, así como claridad de ideas y humildad para reconocer no haber estado a su mejor nivel.
"Tuve oportunidades de romperle el saque y no metí la suficiente presión. Fue muy decepcionante." Isner no se mostró tan preocupado por perder su saque en tres ocasiones como en no haber logrado romper el servicio del de Jávea. "Tácticamente, creo que debería haber subido más a la red, aunque él ha estado genial y así es difícil."
A pesar del mal sabor de boca tras la derrota, Isner reconoció estar satisfecho con el torneo: "No ha sido un mal torneo. Me hubiera gustado llegar más lejos. He demostrado que puedo estar entre los 10-15 mejores del mundo, por lo que quiero llegar más lejos en este tipo de torneos."
Respecto a su futuro inmediato y nuevos retos, fue preguntado sobre la eliminatoria de Copa Davis que medirá a Estados Unidos con Australia: "Es increíble pensar que en un mes volveré a estar en Melbourne. Imagino que jugaría con Kyrgios el primer partido pero nunca se sabe."
La vida sigue para un Isner muy inferior a Ferrer, pero que se va con buenas sensaciones del torneo.