Un aliciente de la segunda semana de los Grand Slams, es poder disfrutar de los torneos junior, y comprobar cómo el futuro del tenis está asegurado. Diamantes en bruto que se van puliendo en el escenario donde sus ídolos compiten, y que adquieren experiencias vitales claves en su devenir profesional.

A pesar del aparentemente oscuro panorama del tenis español de cara al futuro, se está trabajando mucho para que continúen saliendo jugadores competitivos. No es fácil desplazarse a Australia, pero hay representantes nacionales que lo están haciendo bien.

Eduardo Güell tiene 17 años y mucho talento en su raqueta. No cuajó un buen 2015, pero parece querer redimirse de la mejor manera posible, como es haciendo un gran torneo en Melbourne. Logró remontar un encuentro difícil ante el australiano Vuradin, que se puso por delante en el marcador. El gerundense sacó su mejor tenis para voltear totalmente el encuentro y lograr un billete a los octavos de final.

El gerundés es un jugador muy completo y versátil

Allí se enfrentará a otro jugador australiano: Max Purcell. Llega tras derrotar al octavo cabeza de serie del torneo (Ulises Blanch), por lo que hará gala de una gran confianza en sí mismo. Güell necesitará su mejor tenis para prolongar su sueño australiano.

Eva Guerrero no tuvo tanta suerte frente a Anna Kalinskaya, que la pasó por encima de principio a fin. La española no tuvo buenas sensaciones en ningún momento del encuentro, y se despide del torneo por la puerta de atrás. 6-0 6-2 fue el resultado final. Habrá de seguir trabajando duro Eva para recuperar su mejor tenis, y plasmarlo en torneos ITF, preferentemente sobre tierra batida, donde se encuentra más cómoda. Será muy interesante seguir la evolución de estos jóvenes prometedores, que pueden dar lustre al tenis nacional en los próximos años.