Con la ilusión de un junior afronta Guillermo García-López este 2016, y especialmente este tramo de temporada en el que tan buenos resultados cosechó en 2015. Sus sensaciones en Melbourne fueron buenas, llegando a la exigible tercera ronda en la que puso en aprietos a Kei Nishikori. Pero el de La Roda quiere más, y tiene en el torneo de Sofía un claro objetivo para sumar un nuevo título a su palmarés.
Basic no se vio con opciones
No fue el mejor partido de Guillermo ni mucho menos, pero ni siquiera así el jugador bosnio encontró una rendija por la que colarse. Las seis dobles faltas del albaceteño ponen de manifiesto sus dudas al servicio, que no fueron impedimento para que finalizara el partido sin haber cedido el saque.
El primer parcial se resolvió con un Basic que se las vio y deseó para mantener la igualdad. Cuando la intensidad de piernas del español incrementó, se produjo el break que a la postre supondría la primera manga a su favor. Con la tranquilidad que da el sentirse muy superior, García-López jugó bastante suelto y tranquilo.
Dudas al servicio de García-López, cometiendo seis dobles faltas
Siguieron estas sensaciones en el segundo parcial, donde Basic estuvo algo más travieso al resto. Llegó a tener dos bolas de break en el octavo juego, pero no supo gestionar la situación, haciendo gala de una total inexperiencia en partidos contra grandes jugadores. Asentado en el 119 del ránking ATP, mucho habrá de mejorar el bosnio para poder avanzar en torneos de este calibre.
El español finiquitó el partido con oficio pero sin brillantez, y ya está en unos cuartos de final en los que se verá las caras con el ganador del duelo que disputarán Gilles Muller y Richard Berankis. Todo indica a que será el luxemburgués su rival, un complejo jugador. Sin embargo, el de La Roda no se conformará con menos que unas eventuales semifinales en las que se vería las caras con Roberto Bautista. La aventura continúa.