Está como en su casa. No hay mejor lugar para curarse la falta de confianza en sí mismo, que la ciudad en la que se ha triunfado año tras año. Esto debió pensar Kei Nishikori al ver con alivio cómo el torneo de Memphis se abría en el calendario. Campeón en tres ocasiones, dicho evento supone un bálsamo para un jugador que no termina de rendir al nivel esperado en los grandes torneos, y a pesar de mantener su condición de top-10, parece estar muy lejos de los mejores.
Resultos mediocres en lo que va de año, agigantan la sensación de estancamiento que acompaña al nipón. Perdió ante Tomic en Brisbane, y fue barrido de la pista, una vez más, por Djokovic en Melbourne. No quiso esperar a los Masters 1000 de marzo, y se desplazó a Memphis con el objetivo ineludible de alzarse con el título y recuperar algo de autoestima.
Kukushkin no dio para más
Buen jugador el kazajo, con una notable potencia en sus golpes pero clara falta de continuidad en su tenis. Tras imponerse a Luca Vanni y dar la campanada contra Denis Kudla, Mikhail se presentó al duelo de cuartos de final ante Kei, sin nada que perder y mucho que ganar. Lo intentó con ahínco, pero no acabó de tener las sensaciones necesarias para batir a un jugador de este calibre.
En la primera manga no estuvo al nivel esperado el kazajo, mostrándose vulnerable al servicio y timorato al resto. Nishikori impuso su ley, aprovechando una salida a la pista algo relajada por parte del kazajo. Abrió brecha en el marcador y se adjudicó el set por un contundente 6-2, sin atisbarse reacción posible en Kukushkin.
El kazajo tuvo serias opciones en la segunda manga, pero Nishikori estuvo bien en momentos cumbre
El segundo parcial fue radicalmente opuesto. Se desató un bonito duelo de tú a tú, con el que la grada se divirtió sobremanera. Kukushkin tuvo hasta cuatro opciones de break, y salvo otras cuatro. El set se merecía llegar al tiebreak, pero Nishikori dio el zarpazo definitivo y obtuvo una rotura de saque que significaría el partido para él.
Buenas sensaciones para ambos jugadores, que pudieron marcharse de la pista con la cabeza alta. El japonés tendrá que hacer frente a un correoso rival en semifinales, como es Sam Querrey, en lo que se puede denominar como una final anticipada.