La lógica se impuso y la potencia pudo con la sutileza y el coraje. Los pronósticos se cumplieron en un duelo en el que a pesar de la diferencia de ránking entre ambas jugadoras, se esperaba batalla. Y es que Domínguez-Lino se crece en tierra batida y ante su público, y lucha siempre hasta el final. Sin embargo, no tuvo su día ante una jugadora que no acusó el cansancio de haber disputado las semifinales del torneo de Praga hace apenas 48 horas.
Karolina Pliskova quiere reencontrarse con sus mejores sensaciones en este torneo, donde la altitud puede ser su gran aliado. Una jugador que basa su tenis en la búsqueda inexorable del golpe ganador, y que supo afrontar las muchas trampas que quiso ponerle la española en su enfrentamiento en la pista 4 de la Caja Mágica.
Resistencia inicial únicamente
Era uno de los primeros encuentros de la jornada, y pronto se poblaron las gradas de animosos aficionados con ganas de ver a dos jugadoras contrapuestas. Duelo de estilos que tan solo tuvo intensidad durante la primera manga. Lourdes intentó no dar ritmo a la checa, sin jugarla dos bolas seguidas iguales, y procurando hacerla correr al ejecutar ángulos y dejadas.
La estrategia de Lourdes dependía del nivel de Pliskova, que respondió a las mil maravillas
Le costó un poco entrar en el partido a la checa, algo pesarosa de piernas, pero pronto fue calentando motores y entrando en pista. La española perdió precisión y fue cediendo la iniciativa a una tenista que supo gestionar el desgaste físico y mental que le supuso su participación en el torneo de Praga.
El segundo set fue un auténtico recital de Pliskova, sin remilgos a la hora de subir a la red, volear con elegancia y cosechar numerosos golpes ganadores. Demasiado castigo para una Lourdes Domínguez-Lino con gran actitud pero poca eficacia. Christina McHale será la siguiente rival de la española.