Nick Kyrgios ha demostrado a lo largo de su corta carrera ser un hueso duro de roer para Milos Raonic. El tenista canadiense, más consolidado en el circuito, solo ha podido superar en dos ocasines al polémico Kyrgios, y fue al principio de la carrera del australiano. Los otros tres partidos disputados han caído del lado Nick. Así pues Raonic intentó buscar recuperar sensaciones en arcilla contra el australiano que está firmando una temporada brillante sobre polvo de ladrillo.
El partido se esperaba un duelo entre dos cañoneros. Los dos tenistas tienen mucha potencia en el servicio y les gusta cerrar sus puntos con golpes ganadores, no les gusta mover la bola y madurar el punto. A pesar del buen saque de ambos, los dos se tenían estudiados y los restos eran buenos y ponían en apuros al rival restando cerca de la línea de fondo, a los pies del rival. Kyrgios se puso por delante en el marcador con una rotura que devolvió inmediatamente el canadiense. Raonic demostró que, al contrario de lo que se podía pensar, una rotura no iba a ser definitiva. Con el nerviosismo de volver a cometer errores, Raonic se dejó superar por Kyrgios en el tramo final del partido, pero el australiano no supo aprovecharlo. La muerte súbita decidió un primer set e hizo justicia, Kyrgios fue mejor y terminó llevándose una primera manga muy ajustada.
El segundo parcia prometía ser igual de disputado que el primero. Las nubes ya se cernían sobre el cielo de Roma, pero no descargaron su lluvia, cosa que sí pasó en el primer set y, con esta amenaza, empezó la segunda manga. A cauda de la lluvia la pista estaba lenta y esto lo aprovechó mejor Kyrgios. Las bolas iban más lentas y el australiano lo aprovechó para hacer dos breaks que apuntaban a ser definitivos. Raonic puso una réplica, pero no llegó la segunda y perdió el partido.
La victoria fue más que merecida para Kyrgios. La pista estaba muy pesada y esta condición le fue mejor al australiano. El juego del canadiense sigue dejando mucho que desear y no termina de encontrar la tecla sobre tierra batida, tecla que sí le funcionó al principio de la temporada sobre pista dura. La victoria permite a Kyrgios avanzar a octavos de final donde le espera Rafa Nadal.