Podría anunciar neumáticos perfectamente, porque su fiabilidad es más que notable. Roberto Bautista-Agut se erige en uno de los jugadores más regulares del circuito. Afincado en el top-20, el castellonense pocas veces se deja sorprender por jugadores con peor ránking que el suyo. Es ambicioso y quiere más, ostentando armas suficiente para progresar e ir estrechando la brecha que le separa de los mejores.

Polivalente como el que más, sus golpes planos pueden adaptarse al albero parisino, y aspira claramente a mejorar la tercera ronda cosechada en 2013, que es el mejor resultado de su carrera en Roland Garros. Ya la ha igualado tras su victoria ante un viejo guerrero como es Paul-Henri Mathieu, al que no le quedó otra que rendirse a la evidencia de que el español está a otro nivel.

Acción-Reacción del español

Como un león agazapado acechando a su presa y esperando su momento. Así estuvo Roberto Bautista durante todo el encuentro, manteniendo un tono general que impidió a un desatado Mathieu imponer su ley en las dos primeras mangas, y en cuanto éste bajó el nivel, dar el zarpazo definitivo. El castellonense llevó a cabo un trabajo de desgaste, siendo paciente y teniendo claro que el galo no podría jugar al nivel al que lo hizo en la primera manga.

Bautista fue consciente de que había que ponerse el mono de trabajo en los dos primeros sets

Y es que Mathieu ostenta un tremendo potencial que ha ido menguando con el paso de los años y las lesiones. En su enésimo resurgimiento de las cenizas, el galo está jugando bien y demostrando una gran actitud. Llevado en volandas por el público, se mostró muy competitivo en la primera manga, llegando a dominar en el tiebreak. Fue clave una volea muy sencilla fallada en el sexto punto de la muerte súbita, que supuso un golpe para la moral del francés.

Bautista cerró un trabajado primer set y no se relajó ni un ápice. Continuó el apasionante duelo de tú a tú, con largo e intensos peloteos en los que Mathieu parecía al borde del colapso mientras que el español aguantaba con aplomo. Perdió dos bolas de break el galo, y ese fue el momento escogido por el león para lanzarse a su presa, y poner tierra de por medio. Fue demasiado castigo para Mathieu, que se desinfló física y moralmente, mientras Roberto cerraba el partido con muy buenas sensaciones.

Está a un solo paso de lograr lo que le exige su ránking; su potencial rival en octavos de final es Novak Djokovic, por lo que Bautista ha de tomarse el duelo de tercera ronda como si de una final se tratara. Se verá las caras con el ganador del duelo que disputan Tomic y Coric.