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El mago de Béziers da otro recital

Richard Gasquet se deshizo de forma sorprendente del japonés Kei Nishikori por 6-4/6-2/4-6/6-2.  El galo completó un partido sensacional, sin dar opciones a su rival y sin bajar el nivel.  Nishikori no tuvo una buena tarde, y su juego no se adaptó bien a las condiciones climatológicas ni a la pista.

El mago de Béziers da otro recital
Richard Gasquet en 2016 | Foto: VAVEL.com
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Por Alex Gutiérrez

Richard Gasquet sigue sentando cátedra en Roland Garros.  El ídolo de la afición local sorprendió al número 6 del mundo, Kei Nishikori, para derrotarle por 6-4/6-2/4-6/6-2 en un partido que fu interrupiso por la lluvia.  El tenista francés se mostró intratable toda la tarde, despelegando un nivel mucho mayor que el de su rival, al que desbordó constantemente con su revés a una mano.

El partido tenía al nipón como favorito, tanto por ranking como por resultados de esta tmporada, pero el factor cancha se antojaba muy importante de cara al desarrollo del encuentro.  Gasquet jugó con una afición entregada, y maravilló a todos los presentes ofreciendo un recital de tenis con golpes de bellísima factura.

La lluvia lo cambió todo

El partido arrancó de forma igualada, con ambos contendientes muy dubitativos al saque.  Se sucedieron tres breaks, dos para el japonés y uno para el galo, y se estaba viendo un tenis de destellos y errores de bulto.  Con 4-2 en la primera manga para Nishikori, la lluvia hizo su aparición y el partido tuvo que ser interrumpido.  El factor climatológico influyó muchísimo, ya que cuando se volvió a saltar a la pista ésta estaba en condiciones muy húmedas, y mucho más lenta de lo que es habitual.  El juego del japonés se vio afectado por elo, ya que se adapta mucho mejor a unas condiciones más secas.  Gasquet consiguió recuperar el break, y conseguir uno nuevo para llevarse el set por 6-4 ante el delirio de la grada.

El segundo parcial demostró que lo del francés no había sido un simple destello.  Gasquet comenzó mandando y moviendo a su rival con su revés, alternando efectos y cambios de ritmo con subidas a la red.  Nishikori se vio desbordado, y vio cómo su rival se escapaba una vez más en el marcador.  Gasquet consiguió dos roturas, en el primer y en el quinto juego, y dejó sin capacidad de reacción a un Nishikori que no atravesaba una buena tarde de juego.  El francés no se arrugó a la hora de cerrar, y estableció el 6-2 en el marcador para colocarse con 2-0 arriba en el encuentro.

Los galones de NishikoriEl tercer set siguió reflejando una diferencia notable entre ambos jugadores, con un Gasquet mucho más enchufado y un Nishikori jugando a trompicones.  Con todo, el japonés logró sacar adelante sus juegos con el servicio y llevar la manga a un final apretado, tirando de experiencia en grandes torneos.  Un par de destellos de calidad, un zarpazo y Nishikori lograba meterse en el partido, al adjudicrse el tercer parcial por 6-4.  Las espadas estaban en todo lo alto.

La perseverancia de Gasquet fue clave

Richard Gasquet había sufrido un duro golpe, porque sentía que le habían arrebatado un set que merecía ganar.  Esto pudo suponer un punto de inflexión negativo pero, lejos de amilanarse, el galo se vino arriba en el cuarto set, con ganas de cerrar cuanto antes el encuentro.  Un primer juego disputado con mucha paciencia desde el fondo sirvió para colocarse con bola de break a favo, y Gasquet no perdonó.  Jugó un punto precioso, trabajándolo desde el fondo con paciencia para terminar con una derecha abierta a mitad de pista.  El público enloquecía. 

El set siguió por los mismos derroteros, y el japonés fue incapaz de contener el torrente tenístico de su rival, que lo desbordó con aparente facilidad.  El revés de Gasquet fue un arma mortífera, encontrando paralelos con suma facilidad y haciendo daño con ángulos muy cerrados.  Finalmente, el tenista nacido en Béziers se llevó el partido por 6-4/6-2/4-6/6-2 y cayó al suelo de la Philippe Chatrier ante el delirio de la grada.  Una de las mayores victorias de la carrera del galo, tanto por el rival como por el escenario.  En la siguiente ronda se enfrentará a otro hueso duro de roer, el número 2 del mundo.  Andy Murray logró derrotar a John Isner y se postula como otro de los candidatos a alzar la Copa de los Mosqueteros, pero antes deberá cruzarse con un peligroso adversario.  El hombre del revés natural, de las dejadas milimétricas, de las voleas sutiles.  El Mago espera para ofrecer una nueva función.