La expectación es máxima y el objetivo mayúsculo. Con el emperador caído, muchos son los que quieren ocupar su trono. Los hay experimentados curtidos en mil batallas y jóvenes osados que aspiran a aprovechar la baja del serbio para dar un salto cualitativo. Se miden los dos máximos exponentes de cada uno de estos grupos, en un duelo que promete no solo decidir un finalista de Wimbledon, sino dar pistas de lo que puede ser el devenir inmediato del tenis mundial masculinos en los próximos años, o incluso meses.
Se espera un público entregado a Federer pero respetuoso con un Raonic que no deja de crecer, pero sobre todo todo, se prevé un espectáculo mayúsculo. Cómodos sobre la hierba del All England Tennis Club, los dos se ven ante una oportunidad que no pueden dejar escapar, y eso dotará al partido de una tensión y emoción mayúsculas.
Roger Federer: tan lejos y tan cerca del 18º Grand Slam
Si cualquier otro jugador del mundo hubiera llegado a Wimbledon habiendo disputado seis torneos en todo el año y sin haberse recuperado plenamente de molestias en la espalda, no se hubiera apostado ni un euro a su favor. Mucho más sabiendo que tiene 34 años. Pero las estrellas desprenden un aura especial que reduce las consecuencias de estos factores y les convierten en un peligro inminente en las grandes citas.
Su remontada ante Cilic le da confianza, pero Federer habrá de mejorar su intensidad de piernas
Roger Federer parece haber corrido un tupido velo, consciente de que una victoria en Wimbledon agrandaría aún más su leyenda y haría olvidar los malos momentos vividos en 2016. Su gran reto en los años anteriores era superar a Djokovic, y en este 2016 parecía poder competir con garantías. Pero justo cuando parece más difícil, es cuando Roger está en una situación mejor para lograr el ansiado 18º Grand Slam.
Lo lleva buscando con ahínco desde el Us Open 2012, y Novak Djokovic se ha erigido en el gran obstáculo del de Basilea. Con él fuera del torneo todo parece más sencillo...pero es ahora cuando Roger ha de dar un paso adelante. Lo hizo ante Cilic, donde levantó cuatro bolas de partido y remontó una desventaja de dos sets. Son muchas las lecturas que se pueden hacer de ese encuentro, y aunque predominan las positivas por el resultado final, también es preciso analizar que mientras Cilic mantuvo la concentración y frescura física, fue muy superior al helvético.
El suizo busca su octavo título en Wimbledon, superando a Pete Sampras
Federer ha podido ir entrando en ritmo competitivo a lo largo del torneo, al haber sido agraciado con rivales asumibles. Pella, Willis, Evans y Johnson, permitieron al maestro suizo mejorar su tenis progresivamente y coger la confianza necesaria para afrontar las rondas finales. Ante Raonic no podrá permitirse tantas licencias como frente a Cilic, estando el canadiense en un estatus superior durante los últimos años.
Milos Raonic: el momento es ahora
Ha ido quemando etapas sin prisa pero sin pausa, mejorando poco a poco en todos los aspectos de su tenis y abandonando la concepción de puro sacador para convertirse en un jugador completo y capaz de competir en todas superficies y ante cualquier jugador. Ríos de tinta han corrido sobre la capacidad de Raonic por superar a la generación más brillante de la historia del tenis, incluso cuando ésta esté ya renqueante.
El canadiense solo ha perdido este año con Djokovic, Murray, Kyrgios y Ramos
Wimbledon parece el territorio idóneo para el definitivo salto cualitativo del canadiense, ambicioso donde los haya como demuestra el hecho de que a sus 25 años haya tenido ya tres entrenadores. Galo Blanco le llevó del anonimato a la élite, y una vez allí buscó el apoyo de Ivan Ljubicic. El croata le llevó a las semifinales de Wimbledon y a los cuartos de Roland Garros en 2014, pero Milos consideró que necesitaba algo más.
Raonic levantó dos sets de desventaja ante David Goffin en octavos de final
Carlos Moyá parece haber conferido a Raonic la confianza y tranquilidad necesarias para abordar las primeras posiciones del ránking mundial. Logró el título en Brisbane, ganando en la final precisamente a Roger Federer, pero no ha podido con Murray (tres derrotas) y Novak Djokovic (dos derrotas) en este 2016. No hay mejor que reacción a la decepción que supuso perder frente a Ramos en octavos de final de Roland Garros, que meterse en esta penúltima ronda de Wimbledon.
El canadiense se ha beneficiado de la derrota de Djokovic, y ha mostrado un tenis algo titubeante pero muy firme en los momentos cumbre. Carreño, Seppi y Sock sucumbieron al buen comportamiento de Milos, que tuvo que ponerse el mono de trabajo en octavos, para remontar dos sets en contra a David Goffin. Esto le reforzó moralmente y en cuartos sometió a Sam Querrey. Llega con confianza y la noción de que no puede postergar más su asalto a la cumbre.
Claves del partido
Así pues, ambos llegan con una remontada en sus espaldas, lo cual beneficie notablemente su estado de confianza pero puede repercutir negativamente a nivel físico. Será clave comprobar si Federer logra recuperarse de la maratón de tenis ante Cilic, ya que requerirá de gran intensidad de piernas para poder restar el servicio de Raonic.
Se han enfrentado en once ocasiones, con un balance de 9-2 para Federer
Ambos habrán de estructurar su juego con el servicio, buscando puntos gratis y acogiéndose a él en los momentos más importantes. Quien logre estar más vivo al resto y poner bolas en juego tendrá todas las de ganar; se espera un Federer que presione mucho en la red y emplee el revés cortado para obligar a flexionar al gigante canadiense.
El que tiene más presión es Federer, pero Milos no asumirá el papel de víctima, consciente de que es una oportunidad única para meterse en la que sería su primera final de Grand Slam. Solo se han visto las caras en una ocasión en este 2016, y se saldó con triunfo para Raonic. En Wimbledon 2014, Federer ganó 6-4 6-4 6-4. ¿Habrá aprendido de aquella cita el canadiense?