La tenista alemana Angelique Kerber, cuarta cabeza de serie en Wimbledon y situada en el mismo puesto en la clasificación de las mejores raquetas dentro del panorama femenino mundial según la WTA se hizo con la victoria en las semifinales del tercer Grand Slam de la temporada al imponerse a la norteamericana Venus Williams, octava máxima favorita en Londres y en la misma posición en el ranking mundial. El resultado del encuentro entre ambas fue de dos parciales a favor para la germana, por 6-4 y 6-4, tras una hora y 12 minutos de duración. Con ello, la final que tuvo lugar en el Open de Australia, primer ‘grande’ del año se repetirá.
Mientras que en los saques directos, la alemana se mantuvo por detrás, con dos para ella y tres para su oponente, fue en las dobles faltas donde se situó con cuatro por las dos de la menor de las Williams. En cuanto a las estadísticas del encuentro, concretando en los puntos de rotura, Kerber se hizo con cinco de las once oportunidades de las que dispuso a lo largo del partido, mientras que la estadounidense hizo lo propio en tres de las cinco ocasiones disponibles. De igual manera, fueron más golpes ganadores para la 8 de la WTA, 24, por los 17 de la germana, aunque ésta tuvo menos errores no forzados, 11, por los 21 de Williams. Así, en el total de puntos ganados a lo largo del encuentro resultaron 58 para la norteamericana y 63 para la vencedora de la semifinal en la hierba londinense.
Con la victoria de la germana, el duelo entre las hermanas Williams no será posible, ya que será Kerber la que tenga que verse las caras frente a la menor de las hermanas norteamericanas, además de máxima favorita a hacerse con el título en Londres y líder de la lista mundial según la WTA, que ha vencido en su partido de semifinales a la rusa Elena Vesnina, 50 en la lista mundial, a la que superó con gran facilidad, al imponerse en dos parciales, 6-2 y 6-0 para la número uno del mundo tras 48 minutos de duración. De igual modo, el sábado en la final se verán las caras la alemana y la estadounidense tal y como sucedió en la final de otro Grand Slam, el Open de Australia de esta misma temporada, en el que Kerber se hizo con la victoria frente a Williams por 6-4, 3-6 y 6-4.