Tras un añito en el infierno, España busca regresar salir de los subterráneos del tenis mundial con un equipo polivalente y de calidad, que está en la obligación de dar un salto cualitativo. Esta eliminatoria puede marcar, no solo el devenir del conjunto de Copa Davis, sino también la carrera de algunos jugadores que tienen cosas que demostrar en esta competición.
En una eliminatoria poco apetecible para muchos en este impás producido entre Wimbledon y los Juegos Olímpicos. Feliciano renunció a ir a Río de Janeiro, pero dejó claro su compromiso con el país al postularse como líder espiritual del equipo en esta eliminatoria. Marc López y Roberto Bautista entregan su verano a objetivos colectivos, ya que tras esta eliminatoria, prepararán su comparecencia en Río de Janeiro. No es permisible otro tropiezo como el del pasado año en Rusia, y todo el equipo técnico, jugadores y aficionados parecen ser conscientes de ello.
Roberto Bautista: lucha contra sí mismo
Es uno de los jugadores más estables del circuito ATP, pero en la Copa Davis parece perder la solidez que le caracteriza, convirtiéndose en un jugador endeble y superado por las expectativas. El castellonense decepcionó en Brasil, perdiendo con Bellucci en la eliminatoria por la permanencia en el Grupo Mundial de 2014.
Tres derrotas ante jugadores con peor ránking que él en Copa Davis
En ese mismo año se había visto superado por Philippe Kohlschreiber y Daniel Brands en Alemania, sobre una pista tan rápida que parecía de hielo. Era su debut y Bautista no tenía el nivel que hoy en día atesora, y que le obliga a no experimentar más tropiezos. Su compromiso está fuera de dudas, llegando a acudir incluso a la eliminatoria ante Dinamarca por la permanencia en el Grupo I.
Está teniendo un 2016 realmente positivo, por lo que una buena actuación liderando al grupo en Bucarest, despejaría las dudas sobre su carisma y capacidad para jugar bajo presión, y le daría mucha moral de cara a Río de Janeiro. Su juego de golpes planos y excelsa movilidad puede adaptarse a todo tipo de superficies, habiendo acumulado buenos resultados en torneos indoor, como las finales en Moscú y Valencia, y su título este año en Sofía.
Feliciano López: el jugador total y líder espiritual
El papel que desempeñará Feliciano López en Bucarest no será meramente sobre la pista. Es el jugador con más experiencia en esta competición, el veterano curtido en mil batallas y su sentimiento identitario con el equipo nacional está fuera de toda duda. No juega desde 2014, cuando se perdió en Alemania, y regresa con la confianza de Conchita Martínez y la motivación por dejar atrás los vaivenes tenísticos y personales del último mes.
El toledano no acudía a la Copa Davis desde la eliminatoria con Alemania hace dos años
Se espera que el toledano dispute el segundo punto de la eliminatoria, además del dobles, junto a Marc López. Habrá de estar muy preparado física y mentalmente para afrontar dos batallas de tal calibre, y la labor apaciguadora de Conchita Martínez en el banquillo puede ser realmente importante. Se ve frustado al español en los últimos meses, pero tendrá que sostener sus impulsos pesimistas en esta ocasión, ya que todas las miradas se concentran en él.
Marc López: el especialista con ganas de redención
El catalán es otro de los que tiene en la Copa Davis una asignatura pendiente. Con una brillante carrera de dobles en su haber, Marc no ha podido rendir a su mejor nivel en esta competición; precisamente donde más visibilidad y responsabilidad tiene. Ni Granollers ni Marrero han sido compañeros de fatigas con los que haya podido congratularse del trabajo bien hecho, y ahora busca en Feliciano a su álter ego.
Llegan con el aval del título de dobles en Roland Garros, y la exigencia de imponer esa condición de vencedores ante una pareja realmente competitiva, como es la formada por Mergea y Tecau. La exigencia será enorme, pero es el momento de dar un paso adelante y demostrar el tipo de jugador que es.
Pablo Carreño: suplente de lujo
El gijonés debuta en esta competición tras cierta polémica en eliminatorias anteriores, cuando rechazó por jugar torneos Challenger. Mucho se especuló sobre su compromiso con el equipo nacional, pero Pablo considera que ya está lo suficientemente maduro como para aportar cosas al combinado español.
Debuta en Copa Davis con opciones reales de tener que jugar un punto importante
Esta temporada está mejorando progresivamente sus prestaciones, y aunque partirá como suplente en Bucarest, la sola convivencia con el equipo y la opción nada descabellada de que pueda disputar algún punto, hacen que esta experiencia pueda ser vital para su desarrollo profesional.