Es de esos tenistas que pueden o no gustar por su estilo de juego, pero que a todo aficionado despierta una sonrisa de admiración, complacencia y simpatía. Ivo Karlovic es un claro ejemplo de cómo maximizar los recursos con los que se cuenta, para obtener grandes resultados. Decidió explotar al máximo la temporada sobre hierba en aras de obtener un título más que diera brillo a su temporada; en este 2016, Ivo ha ido claramente de menos a más, y confirma su mejoría con esta victoria en un torneo que se le había resistido los dos anteriore años.

“Es muy especial haber ganado este torneo, y más después de haber tenido bolas de partido en contra y, sobre todo, de perder las dos últimas finales”, dijo Karlovic al término de partido mientras acariciaba satisfecho el trofeo conseguido. Le costó mucho entrar en el encuentro al croata, tal y como señalaba en sus declaraciones: "Al inico estuve muy inseguro, no me sentí cómodo. Traté de aguantar con el servicio consciente de que las oportunidades llegarían si no me iba mentalmente del partido". Además, Karlovic no escatimó elogios a su rival, Gilles Muller, quien acabó cabizbajo después de perder la sexta final de su carrera deportiva, sin contar con ningún título en su haber: "Muller sacó muy bien todo el partido y casi no cometió errores. Por suerte, pude encontrar algún resquicio en los últimos sets, pero fue realmente complicado restar", señaló el croata.

Es el séptimo título en la carrera profesional de Karlovic, que intentará seguir agrandando su leyenda. A sus 37 años, la retirada no parece ser una opción para el gigante croata, ya que cada año sigue cosechando éxitos. Asentado en el top-40, el croata tiene la posibilidad de seguir jugando a buen nivel en la gira estadounidense sobre pista dura, donde históricamente ha cuajado buenos resultados.