El francés y cabeza de serie número diez, Gael Monfils, consiguió vencer en el día de hoy al héroe local en Toronto, al canadiense Milos Raonic por 6-4 y 6-4 apeando de esta manera a uno de los grandes favoritos a triunfar en este primer Masters 1000 de la gira americana que concluirá con la disputa del US Open.
Para muchos Monfils es un jugador extraordinario, capaz de lo mejor y de lo peor. Cuando está al 100% le hace ser un jugador imparable, y con muchas posibilidades de ser invencible, pero en ciertos momentos del partido sufre una pequeña desconexión que le puede hacer perder el control del partido. Esta madrugada no ocurrió en ningún momento.
Impotencia, desgana, rabia. Son alguno de los peores sentimientos que se pueden experimentar como jugador de tenis. Un sentimiento que merma la moral, reduce la confianza y se erige en el peor enemigo para todo jugador. Milos Raonic la experimentó sus propias carnes durante todo el partido, viéndose incapaz de poner en problemas el servicio del tenista galo. No pudo recriminar nada el canadiense a todos los espectadores desplazados a la pista central para presenciar el partido, ya que contaron con la presencia de numerosos seguidores.
Gira americana espectacular de Monfils
El partido comenzó muy igualado con ambos tenistas manteniendo con extrema firmeza sus respectivos saques y sin apenas crear cierto peligro el servicio de su rival. Raonic parecía tener una revolución más en el partido al disponer de hasta tres bolas de rotura en el primer set, pero todas ellas fueron salvados por Monfils que tuvo un gran día con su saque y fue vital no solo para el devenir del set, sino del partido en sí. Y si el tenis es un deporte de momentos y detalles, en jugadores de tan alto nivel un ‘break’ a favor puede desnivelar la balanza del partido. En el primer set se produjo concretamente en el octavo juego, cuando una doble falta del tenista canadiense permitió al francés tener medio encarrilado el primer set y que fue cerrado con su servicio.
La inteligencia también juega un papel vital en el tenis, y ambos jugadores demuestran que poseen esa cualidad imprescindible para triunfar en el deporte de la raqueta. En un guión muy similar al de la primera manga, el galo y el canadiense repitieron aciertos y errores y, con algunas dificultades importantes, lograban ir salvando sus saques y añadiendo presión al rival. Pero de nuevo apareció ese giro del destino transformado en ‘break’, que cayó de nuevo del lado del francés. En esta ocasión, este juego que a la postre sería definitivo sucedió en el llamado ‘momento importante’ del set, en el noveno juego y con 4-4 en el marcador. Otra vez un clamoroso error de Milos Raonic con un revés desde el fondo de la pista, se quedó en la red, le valió al francés para terminar de cerrar el partido posteriormente con el definitivo 6-4.
En semifinales, el tenista galo se medirá al serbio y número uno del mundo, Novak Djokovic, que en la madrugada de hoy venció al checo Tomas Berdych por 7-6 (6) y 6-4.