Son dos de las jugadoras más estables y sólidas de fondo de pista que hay en el mundo, pero en la semifinal en la que midieron fuerzas, esa característica se diluyó cual azucarillo en café. Ambas llevan un año mejorable, con muchas sombras y luces cegadoras pero que se producen a cuentagotas. Kerber ha brillado en Australia y Wimbledon pero no pudo dar continuidad a ese nivel en el resto de eventos, mientras que Halep parece estar en el camino de volver al nivel regular que le ha llevado a la élite.

La rumana se siente cómoda en pistas duras de Norteamérica, tal y como se vio en Indian Wells y Miami. Tras lograr unas meritorias semifinales en Wimbledon y obtener el título de Bucarest, Simona quiere dar un paso más y está a tan solo un partido de levantar un trofeo que le daría mucha confianza de cara a los Juegos Olímpicos.

Kerber estuvo muy errática

Estuvo desconocida la alemana, muy titubeante de fondo de pista, incómoda en los desplazamientos y errática en los contraataques. Comenzó totalmente parada de piernas, siendo su servicio un auténtico martirio para ella, al cometer tres dobles faltas y no ser capaz de ganar ni un solo punto con el segundo servicio.

Halep arrasó en la primera manga y vio tan sencillo el partido que se relajó sobremanera. Eso permitió que Angelique se reincorporara al partido, cogiendo ritmo poco a poco y jugando con margen. Encontró los errores de Halep, que a pesar de su mal juego en la segunda manga se reenganchó al encuentro y lo resolvió sin problemas.

Buscará un nuevo título que sumar al de Madrid y Bucarest y poner cerco al top-3. Halep partirá como seria candidata a presea en los Juegos Olímpicos, consolidando su figura de heroína nacional. En la final se verá las caras con la ganadora del duelo entre Madison Keys y Kristina Kucova.