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Nadal vuelve a reinar

El balear, que accedió a la final del ATP 500 de Pekín merced a su victoria ante Berdych (4-2 y abandono), cumplió con una de las dos premisas que eran suficientes para recuperar el trono del tenis mundial - Afronta su tercer periodo como número 1.

Nadal vuelve a reinar
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Por Manuel F. Cartón

Lo ha vuelto a conseguir. Un premio según él no buscado directamente y simplemente fruto del trabajo diario y los resultados, pero que como era de esperar ha llegado. Rafael Nadal se ha convertido, oficiosamente desde hace unos minutos y oficialmente a partir del próximo lunes, cuando la ATP actualice sus registros, en el número 1 del tenis mundial. La leyenda manacorí, cuyo acceso al trono se esperaba más tarde o más temprano tras su excepcional temporada en su regreso a las pistas tras la lesión de rodilla, no ha esperado ni una semana más y ha abordado el trono en cuanto ha podido, a la primera ocasión.

El modo no ha sido el más lúcido, al lograr el acceso a la final -condición suficiente para asegurarse el número 1- por el abandono de Tomas Berdych, que se retiró cuando iba 2-4 abajo en el luminoso por problemas de espalda, aparecidos a raiz de ir a buscar una bola baja con su revés, tal y como el propio tenista checo declaraba a la conclusión del encuentro: "Apenas podía agacharme, estirarme y, al final, ni siquiera caminar", declaró cariacontecido el quinto tenista del ranking. Pero nada desluce la gesta de Rafa Nadal, pese a que por las circunstancias no pudiera ni siquiera celebrarlo como se merece, quedándose toda su alegría resumida en un tímido saludo desde su silla, respetuoso hasta el límite para con el bueno de Berdych.

Pekín, tierra fetiche

Don Rafael Nadal Parera recupera el número 1 en uno de los lugares más especiales para él de su carrera: Pekín. En este mismo escenario, allá por el año 2008, doblegaba en la final de los Juegos Olímpicos al chileno Fernando González, en una de las victorias más importantes de la historia para el manacorí y que no pudo optar a defender el pasado 2012 por la lesión de la rodilla. Apenas una semana después de la conquista de la presea olímpica, el 18 de agosto de 2008, lo redondeaba con su primera aparición al frente de la ATP, que se extendería durante nada menos que 46 semanas. Daba fin entonces al reinado más histórico del tenis, el de Roger Federer, quien había comandado la clasificación durante 237 semanas consecutivas.

Después de perder el trono, nuevamente a manos del suizo, Rafa siguió al acecho, e instauró de nuevo la alternancia en el sillón del rey el 7 de julio de 2010, alargando esta vez su estancia más que en la anterior ocasión: 56 fueron las semanas en que el español apareció, lunes tras lunes, como mejor tenista del planeta. Hasta que apareció para desbancarle, un 4 de julio de 2011, Novak Djokovic, fecha desde la cual el número 1 fue inalcanzable para el balear.

Ahora, haciendo bueno el dicho que afirma que no hay dos sin tres, Nadal afronta su tercer periodo al frente de la clasificación mundial. Una situación que ni el más optimista imaginaba cuando, allá por el mes de febrero regresaba, despacito y con buena letra, a competir en el ATP 250 de Viña del Mar, cayendo en la final ante Horacio Zeballos. Ni siquiera en junio, cuando Steve Darcis le derrotó en su debut en Wimbledon y volvió a sembrar las dudas sobre su estado físico. Pero por encima de todo ello prevalece el fastuoso nivel de su tenis cuando los problemas físicos le han respetado, y que le ha llevado a unas estadísticas asombrosas hasta la fecha -65 victorias por 3 derrotas-, que se magnifican curiosamente aún más sobre cemento, donde no conoce otro sabor que el de la victoria tras 26 encuentros.

Un horizonte esperanzador

Nadal, además, se sube a lo más alto con un panorama más que halagüeño por delante. Además de hacerlo en el preciso momento en que Djokovic, con 101 semanas -todas ellas consecutivas- como número 1, amenazaba con superar parcialmente su registro de 102, lo hace sin puntos que defender en muchos meses. No defiende ninguno hasta febrero de 2014, periodo en el que además puede sumar una buena cantidad de ellos al disputarse eventos en los que no estuvo la pasada campaña. Serán como mínimo seis: Shanghai, Basilea, París, Londres, Doha y Australia. 

A partir de esa fecha, Nadal deberá poner más celo en la defensa de su cetro, si bien su ausencia en Miami, su derrota en la final de Montecarlo o la pronta caída en Wimbledon son bazas a su favor. De este modo, no necesitará tirar demasiado de calculadora para saber que tiene prácticamente asegurado su dominio de la clasificación hasta el comienzo de la gira americana de verano de 2014, fecha en la que habrá que defender muchos puntos. Pero hasta entonces, solo tocará probablemente disfrutar de la condición de número 1 y seguir, como hasta ahora, derribando todos los muros que se le pongan por delante.