Shanghai dará comienzo a partir de la próxima semana y Roger Federer sabe que ha de jugar su mejor tenis si no quiere salir receloso de la cita con el penúltimo Masters 1000 del año. Tras cuatro semanas de parón en las que el actual número 6 del ranking ATP, estuvo relajándose en tierras helvéticas y posteriormente entrenando en su segunda residencia de Dubái, aterrizó en Shanghai el jueves para tomar contacto con el cemento del Qi Zhong.
Un difícil compromiso
La papeleta que tiene por delante Roger es la de como mínimo alcanzar las semifinales; posición en la que cayera el año pasado a manos de Andy Murray. Todo lo que no sea llegar a la antesala de la final, lo llevará a descontar puntos de su bagaje particular. Federer acumula un total de 35 partidos ganados por 12 perdidos en este 2013. Un dato curioso éste último, porque cerró 2012 con exactamente la misma cifra de encuentros perdidos que ostenta en el presente. Es un año duro en cualquier caso, para un tenista no acostumbrado a tener que luchar a estas alturas de la temporada por estar en el último evento del año (Finales ATP). A día de hoy Federer es séptimo en la RACE con 3055 puntos acumulados y se sitúa en la zona de peligro en la que al más mínimo descuido, el precio que puede pagar es muy alto. Con 11 participaciones y 6 entorchados en su haber, la Copa de Maestros es un evento en el que nunca ha faltado desde que ascendiera en su carrera. Shanghai, Basilea y París serán más que citas clave, para el considerado mejor tenista de todos los tiempos.
Un cuadro complejo
El sorteo del cuadro del octavo Masters 1000 del año, no termina de serle plácido. Su condición de sexto cabeza de serie lo ha llevado a postrarse del lado de Novak Djokovic, con quien podría cruzarse en un hipotético choque de cuartos. El de Basilea debutará ante el ganador del enfrentamiento entre Hewitt y Seppi. Pero además como novedad este año, y quién sabe si para terminar de coger ritmo suficiente de cara al tramo final del año, disputará también el torneo de dobles junto con el local Ze Zhang.
Muchos cambios para un tenista no acostumbrado a ello. Nuevas situaciones, derrotas inesperadas, sólo un título en todo el año… Nunca se debe enterrar a Roger Federer pero, lo que está claro es que debe forjar un final de temporada sin margen de error. Ya lo hizo en 2011 cuando venciera de seguido en Basilea, París y pusiera la “guinda” al pastel conquistando el trofeo en Londres. Pero 2013; más que nada por su historial a lo largo de cada uno de los torneos en los que se ha inscrito, denotan un ambiente nada idílico para el retorno de la moral del suizo que deberá; sin embargo recomponerse, sacar de lo mejor de sí mismo, luchar si cabe más de lo que lo ha hecho en los últimos años; para al menos tener la oportunidad de estar por duodécima vez consecutiva de nuevo, en el evento que cerrará una temporada para el olvido.