Se presumía un partido reltativamente plácido de primera ronda para Feliciano López en su debut en París-Bercy, último Masters 1.000 de la temporada, tras la primera hora de partido. El rival, una de las mayores promesas del tenis: Bernard Tomic. Tenis elegante y técnico pero cabeza poco amueblada. Como casi siempre, el australiano dio pinceladas de su calidad pero volvió a pecar de lo mismo. Cuando las cosas no salen a su gusto, el joven tenista, nacido en Sttutgart, de ascendencia croata y nacionalidad australiana, desconecta del encuentro a base de lamentos y errores no forzados. Feli lo sabía, y el toledano, muy acertado desde los primeros peloteos, aprovechó las lagunas de Tomic. El tenista español, más pragmático de las últimas semanas, desquició al espigado australiano. Le sacó del partido a base de peloteos forzados, cambios de intensidad y una notable efectividad tanto en el servicio como en el aprovechamiento de las roturas, a pesar del bajón durante el segundo parcial.
En el primer parcial, una sola rotura de Feliciano fue más que suficiente para llevarse la manga. Tomic, pasota como de costumbre cuando el partido va en su contra, se dejó llevar sin oponer excesiva resistencia. En el segundo set, el guion cambió, pero no en exceso. Feli, sólido al servicio, consiguió la primera rotura y se puso 3-2 con saque a su favor. En ese momento, algo cambió en un cabizbajo Tomic que, con tres ‘latigazos’ y un error no forzado del español, consiguió su primera rotura y salvar el partido, pero, acto seguido, Feliciano ganó cómodamente el servicio de Tomic, apoyado, mayoritariamente, en su segundo servicio. El toledano mantuvo esta vez su servicio, ante un desquiciado Tomic que aguantó como pudo hasta la muerte súbita de la segunda manga. En ella, como en la parte final del set, Feli le dio las alas suficientes al australiano como para conectarse de nuevo al partido y forzar la tercera manga.
El tercer set se volvió soporífero, sin apenas reacciones, golpes aislados y puños cerrados de rabia. Las buenas acciones eran equivalentes a las erráticas. Se llegó al tie-break y allí Feliciano tiró de experiencia para llevarse un partido que tenía ganado una hora antes. Fue un encuentro que no tuvo historia, que se volvió aburrido por momentos y que acabó con victoria para Feli (6-4, 6-7(4) y 7-6(1)). Gris la temporada de Tomic, que sigue a lo suyo. Encierra su potencial por su falta de madurez sobre las pistas. El próximo rival de Feli será el suizo Stanislas Wawrinka, al que ganó precisamente, este año, por retirada en Gstaad.