Federer parece volver a ser el que era. El suizo ha empezado la temporada en un estado de forma espectacular y recuerda, por momentos, a aquel Federer que lograra éxitos, récords y un sin fin de admiraciones por todo el mundo. Hoy, su víctima ha sido Andy Murray, que nada ha podido hacer frente al incontestable dominio del ex número 1 del mundo.
El campeón olímpico ha tratado de plantar cara, de hecho, ha conseguido alargar el partido hasta las casi 3 horas y media de juego. De todas formas, Federer se encuentra en un nivel físico que parecía haber perdido hace un tiempo. El suizo ha aguantado y ha doblegado a Murray sin mayores problemas. Las claves del encuentro han sido los problemas del británico con su primer servicio y el juego de fondo de Federer. Murray ha corrido como nunca, de línea a línea de la pista. Roger esperaba el momento justo para dar el zarpazo y hacerse con el punto. Ésta ha sido básicamente la tónica de todo el encuentro.
En éste escenario poco podía hacer el británico. Ha conseguido ganar el tercer set, cosa que le abría puerta a la esperanza, pero ha sido solamente un oasis en el partido. Murray ha terminado desesperado, soltando por su boca palabras feas, deambulando por la pista y cabreándose con el árbitro. Su frustración se ha dejado ver en el tramo final del último set, en el que se ha entregado por completo a Roger Federer. Así pues, el marcador final ha sido 6-3 / 6-4 / 6-7 / 6-3.
Ahora, en semifinales, se revivirá uno de los duelos que más finales habían invadido hace unos años: Nadal - Federer. Fue en la de éste mismo torneo, el Open de Australia, en la que se vio, por primera vez, a un Federer abatido, destronado. El suizo lloró de impotencia al ver que Rafa Nadal se había convertido, ya, en su bestia negra. Lloró al ver que el español ya estaba un peldaño por encima. Lloró al darse cuenta de que le estaban arrollando del Olimpo del tenis, pero Federer parece estar de vuelta y con sed de triunfos y venganza. Así pues, nos espera un partido apasionante, como los de no hace tantos años, entre Nadal y Roger Federer, que lucharán por un puesto en la final del Open de Australia 2014.