Inmenso partido el que la Manolo Santana ha vivido en la mañana de este veraniego viernes de mayo. Los aficionados que poco a poco fueron poblando las gradas, vacías en el inicio, disfrutaron de un espectáculo tan divertido como inesperado, al dar Anabel Medina toda una lección de tenis para asustar a Serena Williams, que tuvo que sobreponerse a una situación de break abajo en el último set para terminar imponiéndose por 6-3, 0-6 y 7-5.
La xiqueta de Torrent parecía una invitada de lujo a este encuentro de cuartos de final, toda vez que se presentaba en tal ronda beneficiándose de un camino sencillo, marcado por las retiradas de Venus Williams -iba a ser su rival en primera ronda- y Yaroslava Shvedova, quien al no presentarse a su duelo de octavos de final le concedió directamente el billete para enfrentarse con la número 1 mundial en busca de una plaza en semifinales.
El inicio de Anabel fue muy serio. Descarada, trató de no achicarse en ningún momento y mover por la pista sin complejos a su rival. Serena no se esperaba el arreón inicial, y se limitó a ser certera con el saque en espera de un momento más liviano al resto. Este llegó en el octavo juego, cuando la española titubeó con el servicio y sufrió un break definitivo para entregar el set.
Pero la resistencia de Anabel ni mucho menos terminaba ahí, todo lo contrario. Medina protagonizó, a partir del segundo set, una actuación magistral. No solo aguantó agarrada al encuentro, sino que puso todo el empeño posible en darle la vuelta, ¡y de qué manera! Empezó a tirar a las mil maravillas, seleccionando sin un solo error el golpe adecuado en cada momento, y desarboló como pocas veces se ha visto antes a Serena. Tanto que le endosó un terrible 6-0, situación que la americana solo había sufrido en sus carnes seis ocasiones en su carrera, ante rivales de la entidad de Henin, Jankovic o su propia hermana.
El tercer set fue un auténtico carrusel de emociones, en que por encima del tenis mandaron la emoción y los estados de ánimo. Empezó fuerte Serena (2-0 y 15-40 al resto), pero la reacción de Anabel cuando casi cualquier jugadora se hubiera entregado tuvo proporciones brutales, casi épicas. No solo salvó el juego sino que empezó a dominar nuevamente la contienda, haciéndose con hasta cuatro consecutivos para saborear la victoria con un quiebre de ventaja (4-2).
Con el encuentro casi perdido la número 1 mundial hizo honor a tal condición. Con mucho sufrimientos fue salvando la situación, y recuperando la desventaja sorteando momentos complicados, como un servicio con 4-5 abajo y situación de 30-30. Llena de moral, rompió el saque de Medina a continuación y selló el partido con un servicio en blanco. De esta forma ambas abandonaban la pista con una sonrisa, Serena porque logra avanzar a semifinales; Anabel, por recuperar sensaciones y, a partir del próximo lunes, puntos en el ranking WTA.