Pasaban tres minutos de las siete de la tarde hora local cuando entraba en pista Samantha Stosur, la esperanza aussie para conseguir levantar el título en el Open de Australia. Sam entraba detrás de su rival,Tsvetana Pironkova, que lucía un aparatoso vendaje en el cuádriceps de su pierna izquierda. A priori, Stosur no lo tenía fácil. Su rival, Pironkova, venía de conseguir el título la semana pasada en Sídney, derrotando a tenistas que están en el TOP 10 como Sara Errani, Petra Kvitova y Angelique Kerber. Se preveía un partido duro, complicado y de desgaste para Samantha, decimoséptima cabeza de serie del torneo. Y los pronósticos tardaron poco en fallar.

Empezó el primer set con la australiana al saque. Muy concentrada. No quería dar tantas facilidades a su rival como hizo en primera ronda ante Zakopalova, llegando a perder cuatro veces su servicio. Quería tener un partido tranquilo. Y lo consiguió. Con un juego muy agresivo y ofensivo, Samantha Stosur cerró su primer turno de saque. Mostrar seguridad al saque, mover a Pironkova de un lado a otro de la pista y subir a la red para cerrar espacios. Esa era su consigna y la tónica del partido. Pero Pironkova también tenía algo que decir. Sacaba la búlgara para igualar a uno el set. Cómoda, sin apenas síntomas de dolor en su cuádriceps. Ambas tenistas estaban deleitando al público con su juego de fondo y golpes duros. Un no parar. En medio de intercambios entre las dos jugadoras, Samantha concedió una bola de break a Pironkova (la única en todo el partido). A pesar de ello y teniendo en mente los cuatro juegos perdidos el anterior partido, hizo gala de sus mejores servicios y aseguró su saque. 2 a 1 en el marcador e iba al descanso motivándose, celebrando el punto acabado de conseguir.

Se veía a una jugadora que quería ganar por la vía rápida, sin sufrimientos. Y más aún jugando en casa. En el siguiente juego, Stosur tuvo tres bolas de break, pero todas neutralizadas por la búlgara Tsvetana Pironkova. Pero lejos de venirse abajo por haber dejado escapar tantas bolas de break, Stosur se vino arriba y consiguió allanar el camino hacia la victoria deleitando al público con un sinfín de golpes perfectos, cruzado invertido, paralelos... Eso sí, todos tenían un punto en común: botaban cerca de la línea. Dos breaks consecutivos consiguió la australiana después de aumentar su nivel de juego, dejando el marcador de la primera manga en un claro 6 a 2.

Se llegaba al descanso con Stosur por encima en el marcador y a Pironkova le empezó a doler la pierna izquierda. La búlgara pidió la presencia del médico para apretarle aún más el vendaje de su cuádriceps. Se estaba resintiendo. Tenía el partido muy difícil, por no decir imposible. Pero lejos de tirar la toalla, prefirió seguir jugando, dar guerra a la australiana, ponérselo difícil. Pero el segundo set no tuvo historia. Stosur, que venía de jugar un gran primer set y muy crecida, muy activa y muy rápida de piernas, arrolló a Pironkova. Consiguió mantener sus saques de manera cómoda y romper en tres ocasiones el saque de su rival para adjudicarse un segundo set perfecto (6-0) y cerrar el partido (6-2/6-0).

Con esta gran victoria, Stosur consigue clasificarse para tercera ronda, donde se verá las caras con la serbia Ana Ivanovic, que hizo lo propio ante Annika Beck (6-1/6-2). El gran estado de forma por el que atraviesa la australiana y el plus que da jugar en casa, pueden hacer que consiga derrotar a Ivanovic e igualar su mejor registro en el Open de Australia (cuarta ronda los años 2006 y 2010).