Parece que Dominika Cibulkova salió de su Eslovaquia natal tocada por una varita mágica. Todo lo hace bien, le pega fuerte de derecha, de revés, pocas dudas con el saque, y de vez en cuando, acabando en la red. Carla Suarez, Sharapova, Radwanska, entre otras… Un camino a priori complicado pero que a la postre parece que no lo ha sido tanto. Partidos por la vía rápida y sin apenas complicaciones. Quien se lo iba a decir a ella que el sábado jugaría su primera final de Grand Slam. Pues sí.
Por su parte la polaca Aga Radwanska tenía la oportunidad de su vida de levantar su primer grande después de que todas las favoritas fueran cayendo por el camino. Era su oportunidad como también lo fue en Wimbledon. Pero al igual que en tierras londinenses, el ansia por ganar, el poder tocar con la punta de los dedos el trofeo, ha precipitado una derrota a las puertas de la final.
El partido se presentaba para la polaca como los partidos anteriores, su rival pegando fuerte a la pelota y ella contrarrestando con reveses cortados, derechas abiertas, globos, dejadas, juego que no estamos acostumbrados a ver en el circuito femenino, pero que se agradece. La eslovaca sabía que tenía que pegarle fuerte pero con control, sabiendo lo que hacía y no pegarle por pegar. La cabeza es la parte fundamental de la fuerza para que unidos se convierta en una bomba.
El primer set era la prueba de fuego para saber cómo se iban a jugar las cartas. En ningún momento Cibulkova se guardó ninguna en la manga, sino que salió con todo, apostando y arriesgando. Y le salió bien, ya en los primeros compases del partido empezó rompiendo el saque de su rival (hasta en 3 ocasiones). Por su parte la polaca Radwanska, aunque sí tuvo sus oportunidades no consiguió materializarlas. La red que otros días parecía de tenis de mesa, hoy parecía de Volleyball. Muchos errores no forzados de la polaca, (15) y muy pocos ganadores propiciaron un set muy favorable a la jugadora eslovaca. 6-1 en 37 min de partido.
La segunda manga fue un calco de la primera. Quiebres desde el primer juego a favor de Cibulkova que acabaron por sacar del partido a la polaca, que ya no sabía qué hacer para contrarrestar los potentes golpes de su rival. Su táctica de aguantar y leer los puntos que en otras ocasiones le había servido, esta vez no estaba teniendo tanto resultado. 4-0 para la eslovaca y saque. Se puso nerviosa de verse tan cerca que Radwanska lo aprovechó. Tras 8 bolas de break desaprovechadas, a la novena fue la vencida. 4-1, 4-2. Y hasta aquí. Tras ese bajón de juego de Cibulkova, la eslovaca volvía a resurgir y a golpear como lo había hecho durante todo el encuentro. El partido acabó tras otra derecha a la red. Game, Set and Match, Cibulkova. 6-1, 6-2.
Tras dos semanas jugando como los ángeles y donde parece que nadie la puede frenar, solo la china Na Li puede hacerlo, que accede a su segunda final consecutiva en Australia tras deshacerse de la joven canadiense Bouchard en dos mangas 6-2 y 6-4.