Una reacción química y una remontada express

El Atlético consiguió marcar tres goles en la segunda mitad para hacer frente al Eibar, algo que no había logrado en lo que va de temporada. Los rojiblancos le dieron así la vuelta a la tortilla y se llevaron los tres puntos del Calderón.

Una reacción química y una remontada express
Foto: Daniel Nieto / VAVEL.com
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Por Laura Hijón

El Atlético tuvo que verle los dientes al lobo muy de cerca para darse cuenta de que o corría o prácticamente le podía ir diciendo adiós a la Liga. Así que cuando en el minuto dos de la segunda mitad en el encuentro ante el Eibar, su exjugador Keko ponía por delante al equipo armero el Calderón estimó que era el momento de dejar de lado a caperucita, para empuñar las armas y convertirse en cazador. A partir del tanto en contra el Atlético abrió los ojos y hasta el Manzanares pareció fluir más deprisa.

El Atlético brindó en la segunda mitad una lección de buen fútbol culminada con el gol centenario de su bandera. Fue la primera vez en toda la temporada en la que los rojiblancos consiguieron anotar tres tantos en la segunda mitad, guiados por unas ganas de acabar con la mala racha y de victoria, que pusieron en pie al estadio Vicente Calderón, que acabó rendido en una fiesta al ver nuevamente a su equipo dejándose la piel por defender el rojo y blanco.

Fue una tarde bonita de fútbol en el la fortaleza colchonera, culminada con un reglón más en las páginas doradas del club. Puede que fuera la impotencia del resultado adverso del Camp Nou tras una lucha a contracorriente con nueve jugadores lo que floreció el pasado sábado en el Calderón, pero lo cierto es, que se vio a un Atlético ansioso por conseguir tres puntos que le estaban obligados.

Acabar con las dudas a base de goles

Tras los resultados adversos en Copa y ante Sevilla y Barça, las dudas en la prensa sobre el juego rojiblanco llenaban los periódicos. El gol de Keko pareció el culmen perfecto para hundir en tragedia al club rojiblanco, sin embargo, el Atlético decidió que era el momento de levantar cabeza y empezar a silenciar, sobre todo, las críticas con respecto a la falta de gol rojiblanca. Volvió así, cuando más lo necesitaron los colchoneros, el balón parado, ese viejo amigo íntimo que parecía darle la espalda al conjunto de Simeone. Pero dos testarazos de Giménez y Saúl, acabaron con las dudas de los que se preguntaban dónde se había marchado una de las mejores armas de los rojiblancos.

 Además el Atlético necesitó a sus delanteros, pero no fue Griezmann el que decidió emprender la remontada, por que el encuentro iba a tener un nombre y un apellido y ese fue sin duda: Fernando Torres, quien llevó el calor a la fría tarde invernal del Manzanares.

El de Fuenlabrada no dejó a nadie indiferente con su salida al campo en un estadio que se puso de pie para recibir a su emblema, porque Fernando Torres lleva un trocito del escudo del Atlético, puede decirse que es casi como el oso o el madroño, y cuando su “Niño” vuelve es como cuando un padre ve retornar a su hijo después de un tiempo al hogar donde creció. El Calderón se emocionó y Fernando también lo hizo, y si no,  que se lo digan a Briñas, el hombre con bastón que escogió a Torres entre 200 hace más de 20 años y le demostró "que sí valía pare esto del fútbol".

Sigue la lucha por la Liga

Así, el Atlético obtuvo su premio, obtuvo su victoria y un refuerzo de moral para levantar la cabeza tras las dos semanas grises y decirle a España y a sus rivales de la Liga que está dispuesto a seguir “molestando” mucho tiempo más. Ya lo dijo Fernando tras el centenariazo: “Ya no podemos parar, este año debe acabar con un título y este es el camino”. Tras la remontada los rojiblancos volvieron a la senda de la victoria y demostraron que “si se trabaja se puede” y que “el esfuerzo no es algo negociable”.