Volvió el fútbol, volvió todo. Basta de esos domingos aburridos, de esos fines de semana sin sentido en los cuales sentíamos que nos faltaba algo. Era el fútbol. Y en La Plata dos equipos se propusieron a devolvernos a la santa costumbre: Estudiantes y Tigre disputaron un buen encuentro como para volver a entrar en clima redondo y augurar un buen Torneo Final.
El local llegó a la primer fecha con dos caras nuevas: Kevin Rendón, volante por las bandas, colombiano de 20 años y con pasado en Deportivo Pasto de su país, y el ítalo argentino Alessio Innocenti, volante central que también se puede desempeñar por los laterales, proveniente de las inferiores del Milan. Ambos jugadores son, claramente, proyectos a futuro y fueron traídos por el flamante manager de la institución: Juan Sebastián Verón.
Por el lado del Matador, hubo refuerzo exclusivamente en el sector medio: volvió un viejo conocido como es Sebastián Rusculleda desde Deportivo Quito, y llegó Gabriel Peñalba proveniente de Argentinos. Dos jugadores que le servirán a Gorosito para afrontar la triple competencia que le espera a Tigre en este semestre.
El partido empezó vertiginoso, ninguno esperó al otro y ambos equipos fueron a buscar adelantarse. Como de otro continente, porque ya es raro ver hoy en día goles de este calibre en el fútbol de esta parte, llegó la apertura del marcador de la mano -o del pie, mejor dicho- de Marcos Gelabert con un tiro libre exquisito desde el sector izquierdo que dejó a más de uno sorprendido. Pero Tigre no se quedó, claro que no: fue a buscar inmediatamente el empate y ahí fue cuando Rubén Botta se perdió un mano a mano que pasó muy cerca del palo derecho de Silva.
En buen primer tiempo, el más despierto fue el visitante; ya que nunca dejó de intentar y entre Botta y Pérez García se logró una buena sociedad que le puede rendir a Gorosito de aquí en más. Y de tanto buscar, de tanto perserverar y taladrar llegan los resultados: centro desde la derecha, Orbán choca con Silva en el aire y, luego de que el arquero quedara tendido en el suelo, aparece un oportuno Botta para colocar la pelota contra un palo y así igualar las cosas. Fue una jugada dudosa porque, a pesar de no haber chocado en el área, Orbán carga contra Silva y le imposibilita continuar en la jugada. Aunque lo cierto es que el partido, a la media hora del partido, ya estaba empatado y Estudiantes debería volver a cero.
Hubo algunas ocasiones, primero de Zapata con un cabezazo que parecía inofensivo pero pasó más que cerca del palo derecho de García y un tiro por la misma vía de Donatti que Silva controló sin problemas. Los dos equipos nos regalaban un buen partido para volver al ámbito futbolero luego del parate por vacaciones; el gol en cualquiera de los dos arcos era inminente y eso hacía que se pudiera calificar el partido como muy bueno.
¡Gracias fútbol! Tengo que confesar que pensé que me iba a aburrir, pero no fue así. Tigre nos regaló un vendaval futbolístico al final del primer tiempo y Alejandro Donatti un cabezazo espectacular, con una potencia inusitada, poniendo arriba a su equipo antes de entrar a los vestuarios. El Tigre de América estaba apareciendo, ese mismo Tigre que nos sorprendió a todos en la Copa Sudamericana y que dejó en el camino a Deportivo Anzoátegui por Copa Libertadores. Antes de que Laverni pite el final, Botta se escurrió por la izquierda pero su pase no pudo conectar con ningún compañero; sino, era el final del local, que se perdió por completo ante tanto despliegue de fútbol por parte del contrario.
Estudiantes sufrió el haber comenzado ganando. En ningún momento revalidó su buen comienzo de partido y se quedó en el gol de Gelabert.
Volviendo a las acciones complementarias, nada se quedó en su lugar. Acciones de Estudiantes, precipitadas aunque no concretas, lo acercaban al empate hasta que llegó una mala noticia: penal clarísimo de Silva sobre Botta. Pero el arquero Pincha remendó su error y le tapó el disparo a Gastón Díaz. Las cosas siguieron como estaban y ambos equipos jugaban en base a sus necesidades. Tigre, a pesar de ir ganando, tenía ganas de más y nunca dejó de buscar; mientras que el local también se compenetró para tratar de lograr la igualdad y no empezar el torneo de la peor manera.
Promediando la media hora del complemento, esto empezaba a sentenciarse: primero Leguizamón marró increíblemente un mano a mano con Silva, y luego Peñalba remató desde afuera del área una pelota que iba a las manos de Silva, pero al arquero se le escurrió de las manos y llegó el tercer tanto para los dirigidos por Gorosito. Y como si fuera poco, Tigre seguía y seguía atacando como si el partido recién hubiese arrancado. En la otra vereda, nada funcionaba: Cagna ya había agotado los cambios a esta altura y no encontró respuestas ni solvencias que le permitan a su equipo poder imponerse en algún momento del segundo tiempo.
Tigre confirma que tiene equipo, por el momento, para los dos frentes. Gran manera de resolver el partido, que podría haber terminado con una mayor diferencia.
Así fue todo en La Plata, con la vuelta del fútbol que tanto nos llena. Estudiantes se adelantó con un golazo de otra liga, pero Tigre demostró que su supremacía va creciendo de a poco y que ya no es un rival accesible como solía ser. Un partido digno de haber sido visto, muy merecido para el ganador que empieza el año de la mejor manera: adentro del grupo de Copa Libertadores y con una inobjetable victoria ante uno de los siempre candidatos a quedarse con el torneo.
Los goles del partido: