No caben dudas de que Rosario Central es uno de los equipos que más situaciones de gol genera a través de combinaciones entre sus jugadores sin saltear líneas. El sistema y la ideología de juego han virado con respecto al torneo anterior: su DT, Eduardo Coudet, propone un equipo del cual no se cansa de catalogar como "protagonista", con un juego intenso y con buena posesión de pelota.

En balance, el mediocampo canaya tuvo una buena primera rueda. Si bien por momentos la faceta defensiva quedó descubierta (principalmente por las ausencias de Musto), tanto en ataque como en defensa la funcionalidad de los mediocampistas fue bastante pareja. A diferencia del torneo anterior, donde el equipo estaba acostumbrado a saltear líneas sistemáticamente mediante un pelotazo a los delanteros de turnos, hoy prefiere el juego asociado que no solamente involucra al mediocampo, sino también a la defensa y el ataque, pero donde estos son el eje fundamental para llevar a cabo y plasmar el estilo descrito.

La zona central tuvo dueños de principio a final. Domínguez y Musto fueron, en la mayoría de los partidos (el segundo tuvo un problema personal y se ausentó unas fechas), los encargados de custodiar el círculo central. Ambos levantaron su nivel respecto al torneo anterior, cumpliendo Musto la función de aspecto más defensivo, jugando un poco más atrasado y preocupándose más por los relevos. En cambio, fue Nery quien se encargo de la distribución en la zona media.

Por afuera comenzaron jugando Fernández Cervi. El primero no mostró gran nivel en los partidos que le tocó jugar, y luego de un desgarro perdió la pulseada por un lugar entre los titulares con Jonás Aguirre. Junto a Chuky Cervi, fueron claves para imprimirle dinámica al ataque rosarino.  Aguirre comenzó jugando de forma irregular y terminó levantando su nivel siendo uno de los mejores, mientras que Cervi rindió de forma inversa: inició el campeonato con un nivel exorbitante y se fue desinflando con las fechas.

Otro factor fundamental para la creación de juego fue la llegada de un refuerzo categórico. Colman, proveniente del fútbol de Turquía, entro en la mayoría de los partidos desde el banco y supo imprimirle claridad al ataque auriazul con su buen pie y, sobre todo, con sus pases entre líneas. Si bien en los últimos partidos decayó un poco su nivel, cada vez que la pelota descansa debajo de sus pies es posible que esconda una posible jugada de gol.

Por último, también tuvieron lugar algunos juveniles en el equipo del Chacho. Supo ser titular Maximiliano González, que pese a su corta edad (20 años) mostró un nivel aceptable y se acopló bien al equipo, y también tuvo minutos en cancha Walter Montoya, principalmente entrando desde el banco, sin mostrar un gran nivel.

Lo concreto es que el Chacho encuentra en sus mediocampistas un abanico de posibilidades que no muchos técnicos poseen. Cuenta con jugadores con gran velocidad y personalidad para jugar, otros más ligados a la marca y a la distribución y también con volantes con habilidades creativas considerables. Todos estos tipos de jugadores son importantes e indispensables para cualquier sistema de juego. O incluso para variar según el momento. Por todo esto, es que Rosario Central se encuentra con un lugar privilegiado en la tabla de posiciones y sus hinchas se entusiasman con pelear el torneo.