Giovani Lo Celso, categoría 1996 y que llegó a la Primera de Rosario Central gracias a Eduardo Coudet que lo hizo debutar en el Gigante de Arroyito frente a Vélez en un empate 0 a 0, ya en ese encuentro el juvenil entro con ganas de demostrar y así lo hizo.

Hoy lleva solo 13 partidos con la camiseta Canaya (2 de ellos por Copa Argentina), en el Torneo Local disputó únicamente 500 minutos pero ya demuestra porque el cuerpo técnico confía tanto en la ultima promesa de la cantera Canaya.

Apenas se confirmó la venta de otro juvenil como Franco Cervi al Benfica de Portugal, el Chacho Coudet metió mano en el equipo y decidió que el “Mono” Lo Celso pase a ser titular para así darle más rodaje y que llegue de mejor manera al 2016, que será el año donde Giovani deberá demostrar que puede ser el enganche de Central.

En los últimos encuentros viene jugando en esa posición, suelto, moviéndose por todo el medio campo. Ya sea bien atrás de los delanteros partiendo desde el medio, como también perfilándose hacia los laterales (tomando como preferencia el sector izquierdo de la cancha), o muchas veces retrocediendo metros para hacerse con la redonda y apoyar a Nery Domínguez en el armado del juego.

Ayer frente a Argentinos pudimos ver un poco de todo esto, Lo Celso estuvo imparable no sólo por su polifuncionalidad, sino también por su precisión con los pases, por saber cuidar la pelota, por demostrar ir inculcando paciencia en su juego y por asistir de manera perfecta a sus compañeros teniendo sólo un puñado de partidos en primera.

Lo hizo en dos oportunidades, primero una pared milimétrica con Javier Pinola que deja al defensor sólo contra el arquero, jugada que luego termina en gol de Marco Ruben con asistencia del defensor pero que nace exclusivamente a la zurda precisa del Mono.

Pasando al segundo tiempo, luego de una pelota recuperada por Marco Ruben, él se apodera del balón y encara hacia el arco de Argentinos, Marcelo Larrondo le marca la diagonal y Lo Celso asiste de emboquillada al delantero para dejarlo solo frente al arquero. Pases exquisitos para el enganche, algo que de seguir perfeccionando, será de mucho más poder que sus goles.