En la fresca y lluviosa noche cordobesa, al entrenador Ricardo Zielinski no se le mojaron los papeles. Acertó en los cambios y Belgrano, que no le encontraba la vuelta al partido, venció 3-0 a Gimnasia y Esgrima La Plata, cortando así una racha negativa de tres caídas consecutivas.

Esta vez, el Ruso no se demoró con las variantes, leyó a tiempo el juego y dio un golpe de timón fundamental para el triunfo. Es que el Pirata, sin jugar bien y con pocas ideas, tuvo dos chances claras en el primer tiempo: Mario Bolatti, solo y de frente al arco, remató desviado, mientras que Claudio Bieler estrelló un tiro en el travesaño.

En el entretiempo, el DT metió mano con la idea de tener más juego y salió al complemento con Gastón Álvarez Suárez en lugar de Esteban Espíndola López. Esta modificación hizo que Sebastián Luna se retrase a la posición de lateral derecho y que Guillermo Farré se ubique de "8".

Pero sin dudas, el gran acierto fue el ingreso de Fernando Márquez, que reemplazó a los 15 del segundo tiempo a un desconocido César Pereyra que, desde su regreso a Alberdi, se lo nota fastidioso y lejos de su mejor versión, aquella que supo mostrar en el 2013, cuando terminó goleador del torneo de Primera División.

Y en apenas 120 segundos, el Cuqui lo hizo todo. Abrió el marcador de un encuentro que pintaba muy difícil y hasta rompió con el maleficio de los delanteros, que aún no habían convertido en el campeonato.

Con el 1-0 a favor, el Celeste replegó demasiado sus líneas y le pudo haber costado caro de no ser por Juan Carlos Olave, que en los momentos más complicados siempre está y con una gran volada desvió al córner un disparo de Federico Rasic.

La B sufrió demasiado, hasta que entró nuevamente en acción Márquez, el mejor jugador de la noche. El ex Crucero del Norte habilitó a Jorge Velázquez que, ante la salida del arquero Tripero, definió con total tranquilidad para poner el 2-0 sobre 37 minutos de la etapa final.

Ya en el epílogo del cotejo, Iván Etevenaux, con un golazo, le puso el moño a una justa y merecida victoria, que fue exagerada en el resultado, pero que sirve para calmar el clima. Belgrano no brilló, pero recuperó la concentración y por tercera vez en el certamen, mantuvo el cero en su arco.